Formación de los profesionales del sector turístico hacia la transición ecológica

20/05/2024

Tiempo de lectura: 10 minutos

El turismo es tanto la víctima como uno de los agentes del cambio climático: los recursos naturales y medioambientales, que representan una parte fundamental de los productos y servicios turísticos, están amenazados por el cambio climático. La industria turística tiene un impacto medioambiental nada despreciable; basta con pensar en el uso de recursos energéticos e hídricos, la producción de residuos y la emisión de CO2: el turismo representa casi el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, la mayoría de las cuales (77%) están causadas por el transporte. 

 

Hablamos con Ángela Aguilar Parra sobre el proyecto ATRE -Actuar por un Turismo Europeo Responsable-, que recientemente ha presentado sus resultados y en el que ha participado como colaboradora de KOAN Consulting, uno de los socios de este proyecto ERASMUS +

P: Ángela ¿puedes explicarnos en qué consiste el proyecto ATRE?

R: Este proyecto, que en inglés se denomina “Acting for European Responsible Tourism (ATRE) Low Carbon Travel”, quiere colaborar con la formación de los profesionales del sector turístico mejorando sus habilidades para reducir las emisiones carbónicas de las actividades turísticas. Para ello se han elaborado varias herramientas digitales que pueden contribuir a un cambio de comportamiento en los grupos objetivo que constituyen los pilares y el motor del sector turístico: operadores turísticos, proveedores de servicios turísticos y personas viajeras. Cada una de estas herramientas ofrece un sistema sencillo para evaluar la huella de carbono de la actividad turística, sugiere prácticas ecológicas sencillas para reducir las emisiones que el profesional del sector puede llevar a cabo y plantea diferentes buenas prácticas.

 

P: Eres embajadora del proyecto ATRE, ¿puedes decirnos en qué consiste tu labor dentro del proyecto?

R: Mi labor como embajadora es informar de las estrategias de descarbonización que se están llevando a cabo, y concienciar a los viajeros de la importancia de consumir alimentos locales y de temporada. Esta es una medida ideada entre otras para reducir el impacto medioambiental del turismo. Diseñamos viajes en el territorio para recuperar conocimientos ancestrales y promovemos un turismo consciente centrado en experiencias que faciliten el equilibrio entre el bienestar físico y la salud emocional. Los viajeros vuelven transformados positivamente y eso repercute en su comportamiento, son más respetuosos con otras formas de vida y por supuesto con el planeta que habitamos. 

 

P: ¿Qué objetivos os planteasteis alcanzar con este proyecto?

R: El proyecto ATRE pretende ayudar a disminuir la contribución del turismo al cambio climático, asociando a los productores y consumidores de viajes y servicios turísticos con viajes más responsables y con menores emisiones de carbono. La formación sobre desarrollo sostenible es una necesidad para muchos agentes del sector turístico, que buscan virar hacia un modelo más sostenible y ofrecer viajes más respetuosos con el planeta y sus habitantes. Difundir el conocimiento sobre el fenómeno climático, proporcionar herramientas amigables para monitorear la huella de carbono e indicar prácticas simples para reducir el impacto ambiental son los activos estratégicos del proyecto. 

P: Vuestro proyecto ha sido incluido por la Unión Europea dentro del programa Erasmus, ¿qué socios están involucrados?

R:  Hemos formado una red europea para difundir comportamientos y prácticas sostenibles entre los actores del sector turístico.  Están involucrados cinco países (Francia, Bélgica, Italia, España y Grecia) y seis socios: ATR Agir pour un Tourisme Responsable, TravelPro Formations, AITR Associazione Italiana Turismo Responsable, BTC Belgian Travel Confederation, KOAN Consulting y MEC Mediterranean Centre of Environment.

 

P: ¿Cómo ha sido el trabajo con socios de tantos países, con idiomas diferentes y procedencias también distintas?

R: El encuentro que tuvimos en marzo del 2023 en París durante tres jornadas sirvió para conocernos y trabajar por equipos en la creación de las tres herramientas que ya están a disposición del público. Hubo diálogos, debates y puestas en común hasta llegar a unas conclusiones según la visión de los integrantes de todos los países. Trabajar en equipo siempre es enriquecedor porque te permite entender otros puntos de vista, según las distintas culturas y enfocarnos en un objetivo común, ideas prácticas, atractivas, y accesibles a todas las partes del sector turístico.

P: Ángela, ¿cómo se os ocurrió este proyecto formativo basado en lo digital?

R: Porque algunos de los socios detectaron la necesidad de que los profesionales del sector turístico contasen con herramientas sencillas para la gestión diaria y la promoción de los viajes bajos en carbono. También coincidimos los socios en que estas herramientas tenían que ser fundamentalmente digitales para ser competitivas, atractivas, accesibles y alcanzar a un gran número de profesionales del sector y de turistas. Todos los socios del proyecto llevamos muchos años intentando que el turismo vaya cambiando de rumbo hacia prácticas más sostenibles.

 

P: Las evidencias de los efectos del cambio climático son muy preocupantes para un sector como el turismo que depende tanto del estado de la naturaleza y de los fenómenos atmosféricos.

R: Hay mucha información al respecto. Por ejemplo, el 6º informe del IPCC explica que debemos ser capaces de invertir la curva de las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2025, si la humanidad desea mantener un planeta habitable. Para alcanzar este objetivo, los socios del proyecto ATRE pensamos que podríamos poner en común nuestras experiencias en el desarrollo y difusión de herramientas para los profesionales de nuestras respectivas zonas geográficas, de forma que se conciencien sobre los problemas (¿por qué actuar?) y sobre las buenas prácticas (¿cómo actuar?) en el ámbito de los viajes con bajas emisiones de carbono.

P: ¿Puedes darnos más detalles sobre las herramientas formativas que se han elaborado en el proyecto ATRE?

R: Hemos preparado dos herramientas de formación. Una de ellas es la formación on line para diseñadores y vendedores de viajes, es un MOOC (Massive Open Online Course, curso en línea abierto) sobre viajes con bajas emisiones de carbono. Este curso permite que aquellos profesionales que trabajan en una agencia de viajes o en un operador turístico se capaciten en los temas de reducción de los impactos negativos sobre el clima de su actividad. Y por supuesto fomentar el desarrollo de los impactos positivos que el turismo puede conseguir.

 

También se ha elaborado una APP online para proveedores turísticos (conductores, cocineros, restauradores, gestores de sitios turísticos, guías) que se llama Klimaphil. Permite descubrir concretamente cómo actuar para reducir los impactos negativos de la actividad de cada profesional sobre el clima y desarrollar los impactos positivos. Tiene vídeos en los que diferentes profesionales van contando sus experiencias de turismo responsable, proporcionando así ideas fáciles de implementar por otras personas interesadas en reducir el impacto del turismo.

P: La formación está por tanto diferenciada según sus destinatarios:

R:  Lo hemos diferenciado de esta manera buscando aquellas herramientas que sean más parecidas a las que usan los profesionales en su trabajo diario: por ello hay un curso on line para los profesionales del subsector turismo (agencias y touroperadores) acostumbrados al uso del ordenador, las webs e Internet, y una app para los profesionales de los demás subsectores (hostelería, restauración, transporte y guía), que suelen tener en el móvil una herramienta de trabajo muy habitual.

 

P: También habéis preparado un juego para el público general:

R: Sí, es un juego llamado ClimAct y que, desde el aspecto lúdico, pretende ir generando conciencia de que el papel de cada persona, cuando viaja, es muy importante. Es un juego diseñado para ser muy visual, atractivo y entretenido. Un juego en línea, poniendo la nueva tendencia de gamificación al servicio de todos los viajeros y con videos grabados por los socios del proyecto en distintas localizaciones, como París, Roma, Bruselas o Madrid en los que se comentan los problemas actuales del turismo. También se aportan enlaces para que cada persona pueda calcular el impacto o huella de su actividad turística.

P: Es importante destacar que las herramientas están disponibles en varios idiomas.

R: Eso es, todas estas herramientas digitales ya están disponibles en los seis idiomas del proyecto: francés, inglés, español, italiano, griego y holandés. El objetivo es difundir ampliamente estas herramientas en los cinco países europeos que participan en el proyecto, sobre todo gracias a una red de «embajadores-promotores». A través de acciones de comunicación precisas y eventos de sensibilización, queremos que los profesionales del sector turístico las conozcan y empiecen a usarlas. Se trata de herramientas formativas por supuesto gratuitas y esperamos que se difundan por otros países además de los propios de los seis socios del proyecto.

 

P: Ángela, recientemente habéis presentado este proyecto en Madrid ¿cómo ha sido la reacción de los profesionales que asistieron a vuestra presentación?

R: En la presentación comentamos con los profesionales asistentes muchas cuestiones que les preocupan: cómo promocionar los viajes bajos en carbono; qué iniciativas se están llevando a cabo tanto en empresas como en ONG y destinos para promover estos viajes; qué sector turístico creemos que está más implicado; cuáles serían las posibles soluciones, como fomentar el traslado en tren versus avión; cómo un pequeño hotel puede ser muy importante en la reducción de emisiones de carbono; o cómo aumentar las ofertas de turismo de proximidad para ayudar a reducir la hiper movilidad turística.   

P: Y en cuanto a las conclusiones del proyecto, ¿qué resaltarías?

R: Hemos dejado claro que, como operadores turísticos y viajeros, podemos implementar acciones específicas, comenzando por mejorar nuestra comprensión de las interacciones entre turismo y cambio climático y continuando con acciones para evaluar y reducir las emisiones de CO2 derivadas del turismo, pero también actuando para adaptarlas a las consecuencias del cambio climático. 

P: En definitiva, las soluciones están al alcance de todos:

R: Por supuesto, durante nuestras vacaciones podemos optar por utilizar medios de transporte como bicicleta o tren en lugar de coche y avión. O podemos reservar alojamientos y restaurantes comprometidos con el turismo sostenible, que dispongan de sistemas de energía renovable, iluminación LED, reductores de agua y mucho más. También podemos favorecer los menús con productos locales y de temporada o elegir destinos con una clara vocación de gestión ambiental correcta, donde los guías cuidan la naturaleza y prestan atención a la biodiversidad.

 

Muchas gracias por tus respuestas, Ángela. En los últimos años en Europa, los crecientes fenómenos de erosión costera, falta de nieve en invierno incluso en alta montaña, derretimiento de glaciares, contaminación de ríos y fenómenos como inundaciones, sequías y los consiguientes incendios forestales. Todos esos sucesos impactan en nuestras vacaciones, ya seamos turistas u operadores turísticos, guías, hoteleros. Sin duda, la economía turística debe cambiar, transformarse, adaptarse e iniciativas como el proyecto ATRE nos señalan que es posible conseguirlo.

Si deseas obtener más información sobre los logros del proyecto, visita la web de ATRE.
También puedes consultar la información que tiene sobre tiempo libre y medio ambiente la FVS.

 

Joaquín Cassinello y Pilar Navarro Lorente

Fotografías cedidas por Ángela Aguilar

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