¿Cómo se las apañaban antes de la era del plástico?

14/06/2018

Tiempo de lectura: 4 minutos

Parece que va en serio: la Unión Europea se ha propuesto erradicar o al menos limitar muy seriamente el uso del plástico desechable. Desde luego eso va a afectar a nuestras vidas, en concreto a la manera en que llevamos los alimentos y otros artículos de uso corriente a casa. Ahora mismo, cada vez que hacemos la compra reunimos una montaña de envases,  bolsas y bandejas de plástico desechables sobre la mesa de la cocina, que a continuación enviamos al cubo amarillo. Es evidente que eso va a cambiar. ¿Cómo nos vamos a arreglar?

Evidentemente, la tecnología acudirá en nuestra ayuda. Podemos sustituir el plástico por otros materiales (cartón, tela, madera) o fabricar plásticos que se deshagan en el medio ambiente sin peligro (los bioplásticos compostables), o utilizar envases retornables, así como llevar nuestros propios recipientes para que nos lo rellenen en la tienda. Hay muchas posibilidades. Pero también nos vendría bien alguna experiencia práctica.

Esa experiencia existe, pero sesenta años más atrás. Retrocedamos al año 1958: ¿cómo se las apañaba el personal para llevar la compra a casa? En 1958 los plásticos eran todavía una novedad, usada en tejidos como el tergal o en muebles como la formica, pero no se conocían todavía las bolsas ni los envases desechables de material plástico.

Una serie de materiales y artilugios suplían al plástico. Para empezar, se hacía mucho uso del papel, principalmente de periódico o de estraza. Con papel se hacían cucuruchos que cumplían la función de las actuales bolsas de plástico. Para materiales muy húmedos o grasientos, se usaba (y se usa todavía) papel encerado. Las bolsas de plástico, el film plástico o de aluminio, las bandejas de poliespán, las cajas y blísteres de plástico, etc. sustituyeron a diferentes formas de envolver lo que comprábamos con diferentes tipos de papel y cartón.

Los huevos tenían su solución especial. No era posible echarlos a la bolsa común sin peligro de rotura, pero eso se resolvía con un invento genial, la huevera plegable, una cesta de alambres que apenas ocupaba espacio. Otro artefacto que se usaba mucho en la era preplástica era el embudo: la gente llevaba tarros y botellas vacíos a la tienda para que se los llenaran de leche, vino u otros líquidos.

Yogures, queso fresco, toda clase de lácteos (de los que no había tanta variedad de sabores estrambóticos como ahora) se vendían en botellas y tarros de cristal. La mantequilla se envasaba en simples cajas de cartón (como algunas marcas todavía hacen). En general, la función que ahora hace el plástico o el brick (que también contiene plástico) la hacían entonces los envases de vidrio, la mayoría rigurosamente retornables e incluso rellenables in situ, variedad de papeles fuertes, saquitos de tela, cajas de madera y por supuesto latas y cajas de hojalata, que si no eran retornables solían ser coleccionables.

En un mundo así, más parco que el actual (las cartillas de racionamiento se eliminaron en España solo cinco años antes, en 1953) cada persona producía al día una media de entre un cuarto y medio kilo de basura, compuesta en su mayoría por materia orgánica incomestible (huesos, raspas, mondas y tronchos de verduras), ceniza de las llamadas cocinas económicas, trapos, botellas y latas vacías.

Las primeras bolsas de plástico se repartieron en ferias y eventos hacia 1960, junto con abanicos de cartón y otra parafernalia festiva, como una curiosidad más. Una década después una potente industria petroquímica comenzaba a inundar España de materiales plásticos desechables. Ahora, en 2018, la alarma por la contaminación por plásticos está obligando a los gobiernos a cambiar de rumbo.

Cobrar por las bolsas de plástico efímeras fue muy importante para reducir a la mitad su número en pocos años. Ahora el objetivo está claro: un mundo sin plásticos desechables, lo que quiere decir, por ejemplo, un mundo donde los peces y mariscos no lleven partículas de plástico en su interior. La tecnología está trabajando duro en este asunto, pero no nos vendría mal también investigar con detalle la manera en que se apañaban en 1958.

Fotografía: Envases de madera y hojalata y venta a granel, una tienda de conservas hacia 1960.

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29 Comments

  1. Jesús Alonso 6 marzo, 2020 at 1:55 pm - Reply

    ¿Volveremos a devolver el casco?

  2. Gdrop 6 noviembre, 2019 at 8:12 pm - Reply

    Se dicen muchas cosas en el post y en los comentarios muy interesantes. Y todo con mucho respeto, lo cual se agradece.
    Que debemos ir hacia un mundo sin plástico es una prioridad, si queremos proteger nuestro planeta. El uso extendido del plástico se dio por sus cualidades y su bajo precio, que no por su calidad en algunos usos, pero ello contribuyó, sin duda, al mundo consumista de usar y tirar en el que vivimos. El mundo actual es el que es en parte por el plástico, pero su uso extendido y, sobre todo, la contaminación que hemos hecho del medio con este material lo condena.
    Ciertamente con una educación general que hiciese que todos los residuos fuesen procesados y no diseminados por el medio solucionaría el problema. Pero, desgraciadamente, por mucho que se educa, siempre hay gente que no quiere aprender.
    Por otro lado, está el tema de que el plástico se obtiene del petróleo y este no es ilimitado.
    Por lo tanto, no es que podamos elegir una vida con plástico o sin plástico, es que tarde o temprano no va a haber opción.
    Si se mira hacia atrás en busca de soluciones, no es por nostalgia, aunque sea evocada, sino por lógica. Es decir, si antes se vivía sin plástico, recordemos qué se hacía e intentemos utilizar todo lo que nos sea posible de entonces porque ya está inventado. ¿Que hay opciones mejores hoy en día que las de entonces sin usar plástico para cubrir nuestras necesidades?, pues empleémoslas.
    Estoy convencido de que existen materiales que pueden sustituir al plástico en cada uno de sus usos, muchos ya se han comentado, que, aunque puedan ser más costosos de producir, seguro que también tienen una vida más larga o cuánto menos, su impacto medioambiental en caso de vertido es mucho menor. Y es que, si aplicáramos los costes de limpieza del medio ambiente contaminado con plásticos en el precio de este material, seguramente sería mucho más caro. Y este problema no lo generan el papel, el cartón, la madera, las fibras animales y vegetales, que pueden descomponerse, o el cristal y la silicona, que son inocuos para el medio ambiente, por lo que tengo entendido.
    Ahora bien, aunque la vida sin plástico hoy en día es un modo de vida asociada a personas ecologistas que escogen esta forma de vivir, no podemos esperar que el cambio venga desde abajo a través de la educación, sino desde todos los ámbitos y especialmente desde los de poder, porque de otro modo la cosa cambiará poco.

  3. Lucho 26 octubre, 2019 at 9:14 pm - Reply

    Como siempre los Yankees y Europeos tratando de destruir todo lo que tocan!!

  4. rodajas de madera 15 julio, 2019 at 11:06 pm - Reply

    habeis probado a usar rodajas de madera ???

  5. Jose Caycho 1 abril, 2019 at 1:05 am - Reply

    Ustedes los europeos son muy graciosos jajaja
    No pongan el pescado en periodico porque es antigienico!!!
    Las menetras en papel jamas que antihigiénico
    Hace 60 años la gente se moría más joven
    jajajja pura ridicules, sepan niños que en latinoamerica existen los mercados, aqui puedes conseguir la papa cubierta de la tierra de la chacra donde fue sembrada, llegas a tu casa, la lavas bien y nadie se muere, mis abuelos siguen vivos si la gente moria joven antes era por los pocos avances de la medicina no por la comida envuelta en papel, y las bolsas plasticas no se reciclan porque se llenan de desperdicios de comida y es imposible separarlas ademas de que el costo es mayor al beneficio, y si la industria de los desechables( no el plastico) es un cancer, pero ahi van ustedes de niñitas es antihigiénico antihigiénico, laven bien sus alimentos y dejen de llorar.

  6. Bina 16 junio, 2018 at 12:44 am - Reply

    Hasta hace un año compraba vino a granel en una bodega. Cada 3 meses compraba 16 litros en dos garrafas de vidrio de 8 litros cada una.
    Pero ya no se puede. Al bodeguero le obligan envasarlo en bidones de plástico no reutilizables. Si no, se arriesga a una multa según establece una absurda normativa europea que prohíbe la venta a granel.
    Estupidez máxima.

  7. Beatriz 15 junio, 2018 at 6:29 pm - Reply

    Aquí una mujer trabajadora que lleva dos años prácticamente sin comprar productos envasados en plástico. Salvo leche, que es dificil encontrarla en cristal o a granel, porque apenas quedan lecherías, no consumo apenas plástico. Y me da la vida perfectamente para comprar a granel o sin necesidad de envases. Y conozco a familias con hijos que también lo hacen. Es cuestión de organización.
    Uso bolsas de tela para comprar a granel, que para nada me han costado 5 euros cada una. Una bolsa de tela es reutilizable muchas más veces que una de plástico, además no hace falta ni gastarse dinero en comprarla, puedes aprovechar sábanas viejas para hacerlo tu mismo (reciclaje, reutilización). Y las bolsas de tela se usan para productos secos, y si se mancha se lava (con detergentes ecológicos que los hay) y ya está).
    Para el pescado, la carne, y otras cosas con líquidos se usan tuppers de cristal, metal y o tarros, así compro yo y mucha gente en los mercados de barrio y en tiendas del barrio.
    No necesito nada de plástico para hacerlo. E incluso varias cadenas de supermercados ya permiten usar bolsas de tela para comprar fruta y verdura.
    Sobre lo que se comenta que todos los plásticos son reciclabes, podrán serlos, pero los datos actuales de reciclaje es que se recicla un 9% de todo lo que se produce, porque el sistema de reciclaje no es viable para reciclar cada tipo de plástico de forma específica, y hay problemas añadidos como la mezcla de componentes (los bricks por ejemplo) y los plásticos solo se pueden reciclar una vez, un envase de plástico reciclado no puede volver a reciclarse porque pierde muchas de sus propiedad originales en el proceso.
    Lamentablemente, el plástico si que llega a nuestros platos. Peces y otros animales a los que se eviscera, si puede evitarse puesto que se elimina el contenido estomacal (aunque está por ver si absorben compuestos a sus tejidos que puedan afectarnos o no…), pero no así en el marisco, principalmente moluscos filtradores, donde te comes todo el animal. De hecho un estudio reciente de la OCU daba cifras de un 68% de muestras con particulas de plástico en pescado y marisco, y en el marisco incluso después de haber sido lavado. Por lo tanto si nos estamos comiendo plástico.
    Y no solo nosotros, miles de especies marinas lo comen y mueren porque sus estomagos no pueden digerirlo. Son constantes las noticias de cetáceos muertos por esta causa. No solo nos afecta a nosotros, hay que pensar en la naturaleza también.
    Vivir sin plástico es dificil a dia de hoy, puesto que casi todo se fabrica con él, desde electrodoméstico, móviles, etc. Pero al menos esos productos tienen una vida útil larga. Y seguro que se encuentran sustitutos (el petróleo no es infinito así que tendrán que investigar
    otros materiales).
    Pero hay otros plásticos que son totalmente prescindibles, cuya vida util es de 15 minutos y esos se relacionan directamente con nuestra compras del día a día. Podemos seguir con la inutilidad de envasar frutas con plástico, que llevan su propia protección natural y no lo necesitan. O envasar la comida en paquetes de plástico cuando se puede comprar a granel perfectamente y las cantidad justas (legumebres, cereales, harinas, pasta, etc.) Invito a ver información de la campaña «Desnuda la fruta» para que ver las estupideces que se envuelven en plástico. ¿¿Es neceario envolver en film de plástico una piña?? ¿Una naranja envasada en bandeja de porespan, cortada en rodajas y con 20 vueltas de film? La industria está generando plástico inutil con tal de seguir produciendo y ganando dinero, a costa de un material muy contaminante, cuando existen alternativas.
    Y no, la comida no dura más envasada en plástico, es cuestión de guardarla de forma adecuada, de hecho se estropea más porque al venir envasada en cantidades fijas se compran cantidades mayores de las que se necesitan y se desperdicia más.
    Lo que se propone al comprar a granel no es volver a las condiciones del pasado, es comprar como se hacía antes, pero con las posibilidades técnicas y facilidades que se tienen ahora.
    Para nada devolver botellas de cristal para que se limpien es antihigienico, con los procesos de esterilización que existen actualmente que antes ni por asomo se tenían, es totalmente viable. Además para sustituir a esas preocupantes bolsas de basura, hay nuevos materiales naturales biodegradables y compostables que se pueden compostar, que están probados como perfectos sustitutos del plástico.
    Y todo esto apoyado por estudios científicos, y muchas empresas innovadoras trabajando para obtener nuevos materiales que sustituyan al plástico.
    Porque el plástico se degrada, pero no desaparece. Y es un gran problema para el medio ambiente. No sale tanto actualmente en la televisión por moda, si no porque realmente es un problema muy grave que tiene que solucionarse.

    • Nuria 6 julio, 2019 at 8:59 pm - Reply

      ¡Qué maravillosa respuesta, Beatriz!

      Me ha encantado y te doy toda la razón, punto por punto.
      Ojalá los gobiernos no se dejaran mangonear por la industria y pusieran manos a la obra con estos temas…

  8. E 15 junio, 2018 at 1:41 pm - Reply

    No sé si tiene sentido volver al pasado pero lo que desde luego no tiene ni pies ni cabeza es que hoy en día no se pueda salir del supermercado con un volumen embarazoso de plásticos. Pasarse por el departamento de verduras y ver que un importante porcentaje solo venga empaquetado me parece ridículo. Está claro que algo hay que hacer porque así no podemos seguir.

  9. API PSD2 15 junio, 2018 at 1:31 pm - Reply

    El alimento en plástico es más higiénico, se conserva más tiempo… La solución al problema del plástico no puede ser dar un paso atrás. Confiemos en los científicos.

    • Anónimo 4 marzo, 2021 at 7:10 pm - Reply

      El plástico es el material mas antigenico

  10. Offler 15 junio, 2018 at 12:21 pm - Reply

    Es el problema de mirar hacia atrás bucólicamente, eso de «cualquier tiempo pasado fue mejor». Evidentemente los plásticos en su uso habitual no son sostenibles, pero pensar que hace 60 años se hacía mejor es mentira.

    Un problema ya está en la demanda, y es que hace 60 años no existía la cantidad de demanda (ni de población) que hay ahora. Difícilmente podías comprar pescado fresco en un pueblo de Zamora, y la esperanza de vida era menor , entre otras cosas, porque las medidas higiénicas no eran las mismas. Ahora a nadie se le ocurriría envolver algo de comer en papel de periódico, que además de pegársele por la tinta, que a saber que metales y cancerígenos lleva, quien donde ha pasado antes. Una inspección de sanidad no lo permitiría. Y una bolsa de tela la de gérmenes que puede pillar si no la lavas frecuentemente (y los detergentes no son tampoco muy ecológicos).

    Claro, hace 60 años no necesitaban plásticos, pero tampoco vivían como ahora. Lo que hay que pensar en en como reducir su uso, hacer un uso responsable y buscar alternativas

  11. Paul 15 junio, 2018 at 11:16 am - Reply

    Algo que tenemos ahora y no entonces, son bolsas biodegradables y otro tipo de materiales mas friendly con el medio ambiente.

    • Ramón 16 junio, 2018 at 10:14 am - Reply

      ¿No podías haber escrito AMIGABLE o AMISTOSO? Es posible que te esté leyendo alguien que no sepa inglés… ni falta que le haga.

      • Paul 19 enero, 2019 at 4:08 pm - Reply

        Perdona Ramón, también podría haber escrito, más «respetuoso» ;)

        Un saludo

  12. smt 15 junio, 2018 at 10:47 am - Reply

    Lo malo con eso, es que la higiene brillaba tambien por su ausencia

    • constança 15 junio, 2018 at 12:27 pm - Reply

      Asegura Vd que con plástico hay más higiene? Disculpe no creo que tenga nada que ver una cosa con la otra.

  13. Manuel G 15 junio, 2018 at 9:47 am - Reply

    Muy bonito, pero se os olvida contar que en 1958 habitualmente había una persona en la casa que se ocupaba de hacer la compra a diario, la llamada «ama de casa», que ¡oh, sorpresa! no solía trabajar, no como en el 2018, donde la mayoría de las mujeres, si pueden, están incorporadas al mercado laboral y en vez de ir a diario a hacer la compra, en la que gastaba la mañana, ahora debe hacerla toda de una vez para la semana.
    Y también se os olvida comentar el hecho de que hay regulaciones europeas que impiden la venta a granel -con embudo y todo- de determinados productos.
    Si queréis, volvemos a las vaquerías que había en 1958 en Madrid (en pleno barrio de Salamanca, en la calle Lagasca con General Oráa había una) con sus vacas tuberculosas y la leche sin esterilizar.
    O si queréis, también volvemos a la época donde no había coches, que contaminan un montón, ni frigoríficos, que producen unos residuos tremendos al desguazarlos, ni microondas, ni, ni…
    ¿Sabéis por qué se impuso el plástico? Por precio. Es mucho más barata la bolsa de plástico que la de tela. Es mucho más barata la mesa de plástico que la de madera. Es mucho más barato el pack de PET que la lata de hojalata, que seguro que en alguna casa hay espacio para coleccionar, pero que en las viviendas que puede pagar un mileurista, si entran muchas, sale él.
    El problema no es echar los plásticos al cubo amarillo, y que los servicios públicos, que se pagan, lo reciclen. El problema es la gente que lo tira en cualquier parte. No es un problema del material, es un problema de educación. Pero como siempre, es más fácil prohibir que educar, no sea que la gente se ponga a pensar libremente… con lo malo que es eso.
    Ah por cierto, recordad que en 1958 se talaban árboles sin cuento para hacer papel.

    • Alba 15 junio, 2018 at 11:54 am - Reply

      Manuel, no estoy de acuerdo con tus argumentos. Los ejemplos que has puesto o sugerido en cuanto a volver atrás en el tiempo no son equiparables a lo que se está pidiendo. Además, no se trata solamente de reciclaje, pues hay plásticos que no lo son. Tampoco se habla de volver a las vaquerías como decías sino de vender, por ejemplo, la leche en botella de cristal y luego retornar el envase a cambio de uno nuevo, y limpio con leche no sería algo descabellado ni tampoco antihigiénico de hecho se hace con las cervezas y otras bebidas entre bares y proveedores. Respecto a lo económico del plástico…no compensa cuando el pescado que comemos está repleto de partículas que luego ingerimos. Soy menos que mileurista, vivo con 500€/mes y uso bolsas de tela cuya fabricación me costo 5€ y llevo reutilizando mucho tiempo para fruta, verdura y pan. Y los yogures me los hago en casa con yogurtera y tarro de cristal así que por ahí ya ahorro en plásticos. Si bien es cierto que por mi economía me sale mejor ir al supermercado, agradecería que hubiera menos film de plástico y no por ello hay que volver al pasado. El plástico es inevitable a estas alturas, especialmente para los costes de la tecnología, pero si que podemos (y no hablo de particulares solo sino especialmente de empresas) reducir algunos productos plásticos facilmente sustituibles por otros. Lo de los coches se está intentando solucionar por la vía eléctrica y aunque por tema de amiguetes e intereses económicos la energía solar todavía no sea algo habitual en un país en donde sol no nos falta, confío en que poco a poco se vaya tirando por ese camino.

      • Manuel G 15 junio, 2018 at 2:31 pm - Reply

        Gracias por tu comentario Alba. Da gusto que te rebatan con argumentaciones lógicas como has hecho. Por supuesto que se puede hacer mucho, pero para eso se deberían saber ciertas cosas.

        La primera es que todos, o sea, todos, los plásticos son reciclables. Sin excepción. Si no lo cree, dígame un solo ejemplo que le facilitaré el sistema de reciclado de ese tipo de plástico.

        El artículo si habla de vender alimentos a granel, y habría que conocer la normativa europea sobre ese tipo de venta. Efectivamente los bares retornan los envases, pero habría que saber también las condiciones de la limpieza que se hace a posteriori en esos envases antes de su vuelta al consumo, y si una tienda podría hacerlo de igual manera. Creo, es mi punto de vista, que no. Y estamos hablando de alimentos, que por una manipulación deficiente pueden causar graves problemas sanitarios.

        Su bolsa de tela le ha costado 5€, las de plástico, simplemente no costaban nada, hasta que se empezó a meter el miedo en la opinión pública. Y se podían usar para la basura, cuando ahora has de comprar bolsas de basura ¡de plástico!. Eso si, en color azul, amarillo, gris o negro, porque como somos tontitos, no sabemos donde meter lo que hay que meter.

        Y no usaría demasiado una bolsa de tela para comprar habitualmente sardinas envueltas en papel de estraza, que era el envoltorio normal en los años 50.

        Afortunadamente, o no tanto, yo he vivido en la época donde se usaba ese tipo de envoltorio, y de verdad, no era de lo más higiénico. Del papel de periódico, como escribe el articulista, mejor ni comento.

        • Malce 16 junio, 2018 at 10:11 pm - Reply

          Manuel, no sólo es la educación. Sin duda el problema de la contaminación por plásticos viene también de la cultura de consumo, incluso parece imposible lograr que no llegue a todas partes por esto mismo, ya que parece hacerlo todo más fácil.

          Ahora, contraargumentando tu opinión (ya que tampoco has ofrecido evidencias), la idea de reciclar el plástico no es ni siquiera viable a largo plazo, esto debido al crecimiento excesivo poblacional y de consumo (ya ni hablar de la crisis energética).

          Luego, el alimento en plástico no es siempre lo más higiénico… Incluso ahora se sigue buscando la inocuidad del BPA. Ni si quiera es lo más sensato reutilizar las botellas de plástico PET, por el riesgo microbiológico que eso implica. Ahora bien, el pescado no estará repleto de partículas de macroplásticos, pero existe una contaminación indirecta. El problema son los microplásticos, ya que queramos o no, llegan al medio marino y llenan de polímeros a un sin fin de organismos, los cuales se transfieren a toda la cadena alimenticia, esta toxicidad genera impactos químicos en los seres vivos, incluyéndonos: van desde modificaciones conductuales hasta alteraciones de tracto intestinal y la muerte (claro, todo depende). ¿Qué esto no es suficiente?.

          Buscar una nueva alternativa no implica regresar al pasado del todo, pero sí mirar al presente en toda su amplitud. Podemos aprender del pasado, que es a lo que yo entiendo, se refiere el artículo. No creo que nadie crea de verdad en un «retorno al pasado».

          Mejor es, pienso, ir cambiando la mentalidad egoísta (que si seguimos así, queramos o no nos afectará el exceso de plásticos, si no es que ya lo hace a modo individual), y dejar el temor de vivir sin plástico a un lado.

      • Manuel G 15 junio, 2018 at 2:35 pm - Reply

        Por cierto, el pescado que comemos NO está repleto de partículas de plástico.
        Suponiendo que sus aparatos digestivos lo estuvieran, se eliminan al eviscerarlos.

      • Ramón 16 junio, 2018 at 10:08 am - Reply

        Lamento decirte que estoy de acuerdo con «Manuel G» y disiento de casi todo lo que tu expones.
        Yo compro una caja de cartón que contiene 12 «bricks» («ladrillos» en castellano) de leche, es mi consumo para toda la semana.
        ¿Te puedes hacer una idea de cuánto pesarían 12 botellas de cristal de 1 l. llenas de leche? ¿Cuánto espacio ocuparían? ¿Cómo se podrían almacenar protegidas de la luz? ¿Imaginas el riesgo de rotura con el consiguiente desperdicio del vidrio y de la leche contenida?
        Perdona, pero el vidrio no es la solución por su peso, su tamaño y su fragilidad, como tampoco lo es el papel o el cartón: Las industrias papeleras dependen de la tala masiva de árboles y de una contaminación bestial de los rios.
        Coincido con «Manuel G» en que es más sensato investigar en nuevos materiales y educar a la ciudadanía que retroceder en el tiempo.
        Nadie querría ir a la pescadería y llevarse a casa el pesado en un cucurucho de papel de periódico como he hecho yo en mi infancia y, por supuesto, ya podemos olvidarnos de comprar los garbanzos a granel, por peso, en una bolsa de papel crudo; es una cuestión de higiene y, por tanto, de salud, pero también de márketing, pues tendrías que obligar a las empresas envasadoras a renunciar a los paquetes personalizados con marca comercial distinguible y… ¿dónde imprimirías las fechas de caducidad y consumo preferente? No olvides que en los años 50, 60 y hasta 70 no había normativas que exigieran esta información salvo en los yogures y poco más…
        Todo ha cambiado. Yo recuerdo cuando era niño y, en mi casa, se guarda el queso en la «fresquera» porque aún no teníamos frigorífico. Ese queso jamás se estropeaba; se secaba, se «curaba», se ponía duro como las piedras, pero continuaba totalmente comestible. ¿Podemos decir lo mismo de los productos que comemos hoy en día?
        La sociedad evoluciona de manera imparable, probablemente para nuestro mal, pero no olvidemos que somos microbios o bacterias que contaminamos y destruimos todo lo que tocamos, por lo que la solución es seguir nuestro camino de la manera más sensata posible, pero no retroceder hasta una época en la que nadie querría volver a vivir.

    • constança 15 junio, 2018 at 12:24 pm - Reply

      Muy acertado su comentario Manuel G

    • juan 15 junio, 2018 at 3:26 pm - Reply

      quien habla de volver unicamente a las soluciones de decadas pasadas? se puede combinar costumbres de antes con tecnologia actual.
      por mas que reciclemos esas plantas no pueden con tanta basura y no todo es reciclable. reciclar tambien consume recursos.
      vacas tubercolosas otra vez? bajele a la demagogia hombre.

    • esther 26 marzo, 2019 at 6:31 am - Reply

      yo he sido ama de casa trabajadora estudiante y mas antes podia con todo, Lo mejor que tenia era lo que mi abuela me enseño, los cascos se reutilizaban y te los pagaban, las hueveras te las traias una y otra vez, pero la gente se ha vuelto vaga, te acuerdas de la lechera que te obligaba a traer el casco lavado, o te vendia uno y tenias que pagar por el, yo espero que la comodidad haga pagar a las personas flojas,

  14. Lluís 15 junio, 2018 at 12:56 am - Reply

    Mirar hacia atrás no debería ser la solución.

    • Héctor mendoza 26 enero, 2020 at 5:41 pm - Reply

      En California se cobra 5 centavos de dólar como depósito por envase no retornable por productos hechos en California,estos centavos se retornan al devolver el envase si alguien lo tira le pagan a quien lo lleve para ser reciclado,ala gente ya le conviene juntarlos y se generan fuentes de trabajo y no se cierran otras fuentes de trabajo en las fábricas de ,plástico, otra puede ser que con ese importe se le pagué a gente de limpieza para que recoja los desechos de plastico

  15. ANTONIO LOPEZ 14 junio, 2018 at 11:53 pm - Reply

    Nos estamos cargando el mundo terrestre y submarino con los dichosos plásticos. Yo he ido de compras en bastantes ocasiones antes y después de 1958 (que se cita en el artículo) y no teníamos ningún problema, pues entre los servicios en papel
    de estraza o encerado o cartón y con las bolsas en tela, muy prácticas, las compras estaban solucionadas.
    Volver a los años citados es muy sencillo y yo solo veo un problema y es el de la «basura». Entonces pasaban por las casas recogiendo con carros o camiones con unos recipientes y solo teníamos que sacar el cubo dedicado a la recogida y lo vaciaban y a nosotros su limpieza. Hoy es un problema, pues tenemos que sacarla a horas determinadas a los contenedores y por ley tiene que ir en bolsas cerradas. Comprar bolsas de papel o cajas de cartón resulta bastante caro. Cómo hacer es la incógnita que se me presenta, pues en mi casa ya hemos empezado a ir suprimiendo las dichosas bolsas de plástico.

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