En plena emergencia climática, ahorrar agua es vital
17/01/2020
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Como todos sabemos el agua es el elemento esencial para la vida, desde la conservación de ecosistemas al mantenimiento de especies animales y el desarrollo humano.
Las sequías sacuden cada vez más fuerte el panorama climático de nuestro país, a consecuencia del cambio climático antropogénico que estamos sufriendo, afectando especialmente a las zonas geográficas más secas.
Los seres humanos debemos ser conscientes de la nueva realidad a la que se está enfrentando actualmente el planeta, y asumir nuevos hábitos en los consumos domésticos de agua. El consumo medio de agua en los hogares españoles es de unos 132 litros por persona al día, pero un consumo eficiente se encuentra entre los 90-110 litros por persona al día.
¿De qué manera podemos hacer frente nosotros esta situación? Resultará simple, si se pone empeño e interés, efectuar desde nuestros hogares acciones climáticas sencillas pero eficaces relacionadas con el uso del agua, para empezar a practicar una vida cotidiana más sostenible.
Algo tan simple y que hacemos cada día en nuestros hogares como abrir el grifo y que salga agua encierra un proceso previo que no todo el mundo conoce. ¿De dónde viene el agua que usamos en nuestros hogares?
El ciclo integral del agua comprende primeramente la captación, potabilización y el tratamiento del agua recogida en el medio natural, seguidamente se distribuye haciéndola llegar a las casas, finalmente se recoge para depurar y devolverla al medioambiente en unas condiciones óptimas no perjudicial.
El agua se capta en embalses, ríos, pozos, manantiales, etc, haciendo uso de sistemas de bombeo que controla la cantidad de agua que se suministra a la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP), donde se trata el agua en función de su calidad de origen.
Describiremos el ciclo del agua en la vivienda, para poder localizar así las medidas de ahorro.
Exterior de la vivienda:
El agua potable almacenada en los depósitos se suministra a los consumidores a través de la red de abastecimiento.
Más tarde, el agua llega a la vivienda, la cual recibe el agua potable de la red de distribución. Las instalaciones para poder tomar el agua de dicha red son:
• Acometida: es la tubería que se deriva a nuestro edificio, la cual es de un diámetro inferior a la principal.
• Llave de paso: es una válvula situada dentro del edificio, que permite el corte de suministro de agua en edificio por parte de la compañía suministradora.
• Batería de contadores: De esta batería se derivan las tomas individuales de cada vivienda y tiene como función controlar los consumos de cada hogar.
• Montantes: el montante es el tubo que discurre desde el contador y que va hasta el nivel superior de cada vivienda. En la entrada a la viviendo se instala una válvula llamada llave de paso, desde donde empieza la red de distribución interior en el hogar.
Interior de la vivienda y jardín privado:
Una vez en el interior de la vivienda, el primer elemento que encontramos es la llave de paso. Desde esta llave se distribuyen el resto de tuberías que proporcionan agua a los diferentes puntos de la casa, llamadas zonas húmedas de la vivienda (aseos y cocina).
En las zonas húmedas nos encontramos con diferentes zonas en el baño como la ducha o el lavabo, y en la cocina como la pila de fregar, lavavajillas, etc, con sus correspondientes grifos por donde sale el agua que utilizamos. A estos se les pueden aplicar dispositivos ahorradores de agua para reducir el consumo, ¿qué acciones podemos llevar a cabo?
Acciones sin coste. Tan solo un gesto:
• Si tienes la costumbre de bañarte, dúchate y corta el grifo mientras te enjabonas, ya que así puedes llegar a ahorrar más de 70.000 litros de agua al año.
• Cepillado de dientes, afeitado, etc: pon en práctica las mejores técnicas a grifo cerrado. Te permitirá ahorrar unos 6 litros de agua por minuto.
Acciones con una pequeña inversión:
• Grifos con reductores de caudal: se instalan en las tuberías de los lavabos o duchas para impedir que el consumo de agua exceda el consumo preestablecido.
Los reductores de caudal de agua son dispositivos que se colocan en la boca de los grifos para reducir la salida de agua, y consiguen ahorrar más del 50 % de agua.
Un reductor de caudal de agua sustituye a un filtro normal de grifo, y para su instalación es necesario saber si el grifo que tenemos es de rosca exterior o de rosca interior, ya que tendremos que elegir el reductor adecuado.
Si queremos instalar uno de ellos en la ducha, podemos apostar por tres opciones: el tubo flexible, el sistema de anillas o el cabezal.
• Aireadores: se instalan en los grifos incorporando aire al chorro. Estos dispositivos actúan como un filtro, solo que al estar fabricados con numerosas rejillas, el agua se transforma en burbujas de aire. De esta manera, el agua sale a presión y con un chorro más grueso, pero en menor cantidad.
• Grifos con monomando: es un grifo mezclador en el que la apertura, cierre y mezcla del agua se efectúa mediante una sola palanca. Podemos regular el caudal y ahorrar agua a la vez que abrimos el grifo, por lo que podemos ajustar este al uso que vayamos a darle de una manera mucho más precisa que con los grifos tradicionales.
• Coloca sistemas de doble descarga o de interrupción en inodoros, con lo que podrás ahorrar hasta un 60%, a su vez evita hacer uso del inodoro como si de una papelera se tratase.
Acción con inversión de dinero más elevada:
• Haz uso del lavavajillas clase A+ o superior, en vez de lavar a mano, y cárgalo completo para hacer más eficiente su uso, lo que hará que se consuman solamente 12 litros de agua.
• Instala sistemas doble circuito de segregación y reutilización de aguas grises, ya que estos permiten la reducción del consumo de agua más de 18.000 litros por persona al año.
La reutilización de las aguas grises, el agua sobrante que se vierte por los desagües de las bañeras, los lavabos, las pilas de la cocina, el lavavajillas y la lavadora, necesita de un tratamiento previo para su reutilización. Para ello, se requiere la recogida de las aguas y su redirección hacia un sistema de filtrado y de desinfección para volver a utilizar el agua en diferentes usos domésticos. El uso más común se produce en las cisternas de los inodoros, que no requieren agua de gran calidad, aunque también se emplean para el riego de zonas verdes o en la limpieza de exteriores.
• Instala sistemas de recogida de lluvia, ya que el agua recogida en tejados y cubiertas de edificaciones permite hasta un 50% de ahorro en el consumo del agua. Las aguas pluviales pueden ser utilizadas para recargar cisternas de inodoros, regar zonas ajardinadas, el lavado de vehículos, etc.
• Instalar sistemas eficientes de riego de jardines (riego por aspersión y goteo).
Salida de la vivienda:
El agua usada se ensucia por lo que deja de ser potable. Para devolver el agua a la naturaleza, se depura para separar los contaminantes como aceites, restos de comida, etc. Esto se hace en las Estaciones de aguas residuales (EDAR).
Texto e imagen: Laura Velasco Puig
Fotografía: Fundación Vida Sostenible