Prepárate para la implementación del ETS2: el comercio de emisiones GEI se mete hasta tu cocina

El EU ETS, ¿qué es?

En 2005, arrancó en la Unión Europea (UE) la primera fase de un esquema de comercio de emisiones, conocido como ETS (por sus siglas en inglés, “Emissions Trading System”), establecido por la Directiva 2003/87/CE. Este mismo funciona a base de limitar y comerciar con derechos de emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Un derecho (o “allowance” en inglés) de emisión equivale a una tonelada de CO2 eq (equivalente de dióxido de carbono).

Cada año, los actuales seis sectores bajo este esquema reciben una parte de los derechos de emisión de forma gratuita y el resto se compra en subastas. En el caso de que una empresa no produzca tantas emisiones como los derechos que tiene asignados, puede vender el excedente a otras cuyas emisiones superan sus derechos atribuidos o guardarlos para futuras emisiones. Muchas empresas también optan por compensar sus emisiones invirtiendo en proyectos sostenibles en otros países, principalmente en el Sur Global.

Para limitar y reducir la cantidad total de GEI que producen las empresas implicadas, se reduce el número de derechos de emisión que se proporcionan anualmente, bajando el “techo” de emisiones. En 2023 el EU ETS había contribuido a reducir las emisiones de las centrales eléctricas e industriales europeas en aproximadamente un 47% desde su inicio en 2005. El sistema se encuentra actualmente en su cuarta fase, que empezó en 2021 y seguirá hasta 2030.

Además de reducir las emisiones, el sistema de comercio de emisiones genera ingresos para los estados miembros, que deben ser invertidos para apoyar a las energías renovables, mejoras de eficiencia energética, y tecnologías que ayudan a reducir emisiones.

Este sistema afecta a las empresas y operadores de los sectores con alta intensidad energética, siendo esas las refinerías petroleras, la producción de hierro, aluminio, metales, cemento, cal, vidrio, cerámica, papel y pulpa, cartón, ácidos y productos químicos orgánicos en bruto, y aviación comercial dentro del Espacio Económico Europeo.

¡Bienvenido, ETS2!

Más recientemente, la revisión de la Directiva ETS en 2023 resultó en la creación del nuevo esquema de limitación y comercio de carbono, el ETS2. Este actuará por separado del actual (ETS1), y cubrirá las emisiones de combustibles fósiles principalmente en edificación (principalmente la calefacción) y movilidad (por carretera). No obstante, este también abordará algunos otros sectores no incluidos en el ETS1. El ETS2 está por iniciarse en 2027, pero el seguimiento e información de parte de las empresas afectadas debe empezar en 2025.

A diferencia del ETS1, las empresas no recibirán derechos de emisión gratuitamente, solamente podrán adquirirlos por subasta o comprándolos a otras empresas. Efectivamente, cada emisor tendrá que pagar por cada tonelada de CO2 eq que emita. Se estima que el total de ingresos serían de 260.000 millones de euros entre 2026 y 2032 (a 45€ por tCO2 eq).

¡Ojo!, que esto te afectará

Lo que hacen estas Directivas es aumentar los costes de combustibles fósiles para desincentivar su uso. El resultado que se espera es reducir las emisiones totales de GEI en dichos sectores. Sin embargo, esto puede tener un impacto negativo. Expertos prevén que el precio del carbono podría ser regresivo, afectando más a los hogares y países de la UE con menos ingresos. En concreto, el ETS2 podría empeorar los problemas de pobreza energética y de transporte debido a los  actuales elevados costes de los combustibles fósiles.

Por ello, una gran parte de los ingresos se destinará al apoyo de hogares vulnerables y microempresas a través del Fondo Social por el Clima (SCF por sus siglas en inglés). Con lo restante, cada país miembro tendrá que invertir en medidas sociales y climáticas, informando debidamente a la UE sobre cómo lo utiliza. Sin embargo, esto presenta un gran reto cuando se trata de los datos, la metodología, y la viabilidad. Se necesitan indicadores prácticos que usen datos socioeconómicos locales para dirigir el apoyo con precisión a grupos vulnerables en cada Estado miembro. Además de identificar los grupos a los que apoyar, los países miembros deben definir cómo hacerles llegar ese apoyo en cada contexto.

Nuestra opinión – El peligro de la transición a la movilidad eléctrica

Otro efecto de posible riesgo no menos importante que podría estar relacionado con el ETS2 es el de la transición hacia la movilidad eléctrica. A saber, la transición hacia los vehículos eléctricos y su demanda. Nos enfocamos mucho en el desarrollo de nuevas tecnologías. Sin embargo, por más eficientes que sean, requieren muchos recursos, energía, y minerales que se encuentran en zonas muy específicas del planeta. El nombre que se ha dado a estos materiales ha sido “minerales de sangre” debido al conflicto que crean debido a su escasez y su repentino valor.

A pesar de reducir las emisiones de GEI al bajar el consumo de combustibles fósiles, la transición hacia los vehículos eléctricos puede ser más sostenible. Lo importante es reducir la dependencia del vehículo personal y apostar por los transportes públicos o compartidos. Los recursos no son infinitos, y la extracción que acompaña a la demanda implica un gran impacto en los ecosistemas y economías locales.

Por una esperanza justa e inclusiva

Se espera que el ETS2 sea un gran paso adelante en la ruta hacia una neutralidad climática de la UE. Tanto por el precio más elevado de los combustibles fósiles, como por las inversiones en el SCF. Sin embargo, las personas expertas advierten sobre el peligro que supondrá el ETS2 para los hogares vulnerables si los Estados miembros no implementan las medidas socioeconómicas de apoyo necesarias. No podemos empobrecer más a las personas en situaciones precarias. Para ello, es necesario tener en cuenta su vulnerabilidad frente a cambios como este.

Prepárate para la transición ecológica

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Diogo de Melo 
Fundación Vida Sostenible 

Ilustración: generador de imágenes de ChatGPT.