Aguas residuales: ¿una solución para el futuro del abastecimiento de agua?
31/03/2017
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El agua, este recurso valioso se ha vuelto un importante problema del desarrollo. En efecto, la falta de agua afecta a más del 40% de la población mundial, cuando el acceso al agua potable y a los servicios de saneamiento y de higiene son derechos humanos. Con la escasez de agua vez más frecuente, el consumo excesivo que vacía las aguas subterráneas, las aguas de la agricultura, ricas en fertilizantes, que contaminan los acuíferos, tenemos que buscar un medio de disponer de más agua sin vaciar la Tierra de sus recursos. La falta de agua es también un problema de salud porque puede provocar enfermedades hídricas como la diarrea o el cólera, que matan muchas personas cada año. Guy Rider, el presidente de la ONU-Eau, considera que las aguas residuales representan un recurso valioso en un mundo donde el agua dulce disponible está limitada y la demanda en ascenso.
Recuperar y reciclar estas aguas que provienen principalmente de la agricultura, las industrias y de las ciudades, podrían permitirnos satisfacer nuestras necesidades y alejar esta amenaza de un falta de agua. Uno de los medios de acción de la ONU para alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible en relación con el agua es reducir a la mitad el nivel de las aguas residuales no tratadas y promover la reutilización de un agua segura de aquí al año 2030.
Es verdad que algunos van a decirse que es raro consumir agua que fue utilizada para ducharse, limpiar o que proviene de excrementos pero se hace hoy en día. Hace muchos años que los astronautas de la International Space Station (ISS) utilizan la misma agua y ciudades como Singapur o San Diego proporcionan agua reciclada a sus habitantes. Otro ejemplo es la ciudad de Windhoek en Namibia que recicla el 35% de las aguas residuales. Aparte de las disparidades entre los país desarrollados y los países menos avanzados en relación con el acceso al agua, hay que señalar que los países de ingresos elevados depuran aproximadamente el 70% de sus aguas residuales contra 8% para los países de bajos ingresos.
El valor que pueden tener las aguas residuales es ilustrado por el ejemplo del OmniProcessor, una máquina que es capaz de de potabilizar aguas que provienen de lodos fecales. Permite también producir energía, electricidad y cenizas que pueden ser utilizadas como fertilizantes.
Es verdad que las aguas residuales son un recurso inexplotado. En efecto, son ricas en nutrientes y reciclando los excrementos humanos por ejemplo, se podría responder al 22% de la demanda en fósforo. Esta agua regenerada puede también ser utilizada para la agricultura, gran consumidora de agua. Países como Israel la utiliza para regar las tierras.
Tenemos la tendencia a enfocarnos en el suministro de agua pero no realmente en su gestión después de su uso cuando las dos acciones no son exclusivas, una no impide la otra. La reutilización de las aguas residuales es una actividad a adoptar y a desarrollar porque la demanda alimenticia, así como las necesidades hídricas de las poblaciones, de las industrias y de las ciudades no para de aumentar cuando los recursos no se renuevan rápidamente.
Reciclar el agua nos permitirá resolver numerosos problemas medioambientales y sociales además de reducir la extracción de agua dulce. Además, tiene un impacto menor comparado con la desalación de agua de mar o de la extracción de aguas subterráneas. Sin embargo, hay que garantizar que esta agua es bien tratada y que no va a enfermar a las poblaciones o que no está contaminada con medicamentos y antibióticos.
Texto y fotografía: Fatima Ouedraogo.
Puede ver el informe de la UNESCO sobre las aguas residuales aquí.