Cómo veranear en invierno

El verano se junta con las vacaciones para formar una franja de tiempo mítica, dedicada al bien merecido descanso. Luego se acaba y hay que volver al mundo real, con su ritmo frenético, etc. ¡No tiene por qué ser así! Aquí te damos algunas pistas para prolongar el veraneo vacacional durante todo el año, y de paso llevar una vida mucho más sostenible:

Cambia tu alimentación: practica la cocina vegana tradicional

Se supone que en verano, cuando estamos en modo vacaciones, nos alimentamos de gazpachos, salmorejos, hummus, ensaladas, ajoblancos y otros platos por el estilo. Estos platos deliciosos, da la casualidad de que son veganos y son fáciles de hacer, ya no sirve la clásica excusa de la falta de tiempo para cocinar. Eso sí, no te olvides de adaptarlos a los productos de temporada.

Usar los pies para moverte

En verano vacacional nos damos buenas palizas caminando por ahí, a un bosquecillo o una cala, o incluso montamos en bici para llegar a cierta playa mítica recomendada en Instagram. No seas gañán y no abandones esa sana costumbre en invierno. Usa la bici o camina para tu movilidad cotidiana.

Mantén la curiosidad, haz turismo a tu alrededor

No hace falta que estés en algún lugar muy lejos de tu domicilio para poder hacer turismo. Habites donde habites, tienes un montón de posibilidades interesantes a tu alrededor. Eso incluye monumentos, museos, espectáculos, paisajes y vistas desde miradores, o simplemente caminar o callejear sin rumbo, sin molestar a nadie ni quemar combustible.

Sé más indulgente con tu aspecto

Sin llegar a los horrendos excesos que podemos ver en algunos turistas de chancleta, un poco de relajo en la indumentaria no viene mal a lo largo de todo el año. En lugar de comprar ropa sin cesar, usa unas pocas prendas cómodas y mejor si pueden ser de segunda mano, más baratas y de mejor acabado.

Arreglos y manualidades

No hay más que ver las virguerías de castillos que algunos hacen en la playa para ver que el verano en vacaciones es un tiempo en que gusta hacer manualidades, desde tallar una vara con una navaja a escardar un jardín. Mantén vivo ese espíritu el resto del año, seguro que a tu casa le hacen falta unos cuantos arreglos. Puedes aprovechar para reparar ropa u otros útiles del hogar.

Leer libros

Es una sorpresa para muchas personas la idea de que se pueden leer libros todo el año. Es decir, sumergirse en una información, que puede ser desde un catálogo de grandes almacenes a un novelón bestseller, olvidando todo lo demás, en plan mindfulness. No vale la excusa de la falta de tiempo. En digital o en papel, siempre hay un hueco para zambullirse dentro de un libro. También puedes buscar buenos materiales en las bibliotecas de tu barrio.

Descanso y relajo

Por lo que se lee en los periódicos, en el género literario llamado “mis maravillosas vacaciones de verano” solo en esta estación y en modo vacacional la mente puede alcanzar el estado de iluminación o conexión perfecta con el universo. Suele ocurrir en una puesta de sol, un paseo en barca, etc. Sin llegar a tanto, se puede alcanzar –a ratos, claro– un estado similar todo el año, de manera diferente pero efectiva.

Imagen: detalle de un cartel publicitario del Gran Casino de San Sebastián (1887). Biblioteca Digital Hispánica.