Comparaciones odiosas: el smartphone y el coche eléctrico
26/02/2024
Tiempo de lectura: 4 minutos
¿Por qué el teléfono inteligente conquistó el mundo en una década y el coche eléctrico se arrastra a la velocidad del caracol, incluso con ayudas y estímulos oficiales? ¿Qué le falta al moderno y rutilante coche eléctrico para convertirse en una tecnología ganadora?
Una amplia gama de precios
Tienes un smartphone desde por menos de 50 euros a más de 3.000. En contraste, los coches eléctricos baratos no existen, y su gama de precios duplica o triplica la de los coches convencionales. Es decir, puedes tener un coche de verdad de motor térmico por 9.000 euros, pero por ese precio tal vez obtengas un carricoche de pilas.
Un nivel básico de funcionamiento asegurado, sea cual sea el precio
Hay coches eléctricos más asequibles, pero no hacen todo lo que pueden hacer los caros (principalmente, tienen una autonomía dos o tres veces inferior). Hay diferencias de calidad (resolución de la pantalla, nitidez de la cámara, virguerías electrónicas varias), pero los teléfonos inteligentes muy baratos hacen todo lo que pueden hacer los caros.
Ser percibido como una gran mejora sobre la tecnología anterior: antes del smartphone no había nada (comparable)
El teléfono inteligente sustituye con grandes ventajas a los antiguos teléfonos móviles básicos, que solo servían para hablar y enviar algún SMS. El coche eléctrico sustituye al coche de motor térmico, que es dos o tres veces más barato y con una autonomía sin repostar, garantizada, de 700 km.
Superar la etapa de indefinición: una tecnología consolidada en evolución, vs. una tecnología no cuajada
El smartphone es un objeto de unos 15 x 8 cm, delgado y ligero, con una gran pantalla táctil. A partir de ahí ofrece variaciones sobre el esquema básico. El coche eléctrico carece de una versión utilitaria de uso fácil y universal, como lo fueron los utilitarios de la década de 1970. Ahora mismo no se sabe muy bien lo que es el coche eléctrico: ¿Una versión de los grandes SUVs, o un cochecito ultraligero para la ciudad?
No se puede vivir sin un smartphone (pero sí sin un coche eléctrico)
Personas que hace cuatro o cinco años declaraban con orgullo que no necesitaban un smartphone han tenido que inclinarse ante la nueva tecnología. Casi literalmente, ya no se puede dar un paso sin ellos. No ocurre lo mismo con el coche eléctrico.
La gran ventaja y acicate del coche eléctrico es escasa y concreta
Apenas poder conducir y aparcar por ciudades con restricciones de tráfico, sin que te coloquen una multa. No es comparable con las infinitas posibilidades que ofrece un smartphone.
Los fabricantes no están por la labor
“No renunciamos a ninguna tecnología” es una frase hecha de los fabricantes de coches. Es como si los fabricantes de teléfonos inteligentes no renunciaran a la tecnología de las señales de humo, o como si los fabricantes de teléfonos básicos fabricaran unos pocos smartphones por si acaso, para cubrir el expediente. Los fabricantes de coches convencionales fabrican coches eléctricos a regañadientes.
Implica un cambio muy radical de negocio, es decir vender menos petróleo
Si vendes “combustible” para las telecomunicaciones (cable de cobre, fibra óptica u ondas de radiofrecuencia), te conviene que se vendan muchos dispositivos de telecomunicaciones, como los teléfonos móviles y los ordenadores. Pero si vendes combustible petrolífero, no te conviene que se vendan coches eléctricos, que usan un tipo de combustible distinto, que se puede obtener sin quemar energía fósil.
Falta un estímulo decisivo: los poderes públicos no han dado todavía el paso legislativo crucial
Aquí hay que cambiar los teléfonos por la iluminación. Las lámparas de incandescencia fueron reconocidas como muy ineficientes, y se legisló para prohibir su fabricación a partir de una determinada fecha. Ahora mismo están casi extinguidas, sustituidas por la tecnología LED, mucho más sostenible y a precios accesibles. Los forcejeos sobre la fecha en que estará prohibido fabricar coches de motor de combustión (tal vez 2035) son continuos, los ciudadanos no paran de recibir mensajes contradictorios sobre si los coches térmicos seguirán disponibles o no.
Y una gran semejanza entre los coches eléctricos y los teléfonos inteligentes: ambos pueden contribuir a salvar el planeta
El futuro coche eléctrico utilitario, cómodo de usar y eficaz, sin limitaciones de autonomía y de recarga, contribuirá decisivamente a acabar con la adicción al petróleo que tiene el mundo hoy. Lo mismo ocurre con el teléfono inteligente, que está demostrando su potencial para, por ejemplo, mejorar la movilidad mediante coches eléctricos compartidos.
Jesús Alonso Millán
Imagen: asawin en pxhere.