Échate crema, sí, ¡pero de la buena!
11/08/2017
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En estos calurosos y soleados días de verano en los que nos vemos inmersos, ¿a quién no le apetece ir a la piscina, pasar unos días en la playa o darse un chapuzón en nuestros ríos y pantanos de agua helada? Y a quién sobre estas fechas, no le han formulado ya la famosa pregunta ¿te has echado crema?
En los meses de verano, el sol incide sobre nuestras cabezas más perpendicularmente que en otros periodos del año y recibimos mayor radiación en menos espacio, por lo que literalmente nos achicharramos. Debido a esta exposición, para evitar las correspondientes quemaduras y, en un futuro, el temido cáncer de piel, nos aplicamos cremas y protectores solares que podemos encontrar en una amplia gama de olores, texturas y colores, un ritual que forma ya parte de nuestras vidas veraniegas.
Cuidar de nuestra piel y protegernos de lo que nos hace daño parece lógico, sin embargo, no parece muy lógico si como consecuencia de ello ponemos en peligro nuestro entorno, el medio ambiente y la biodiversidad de nuestros océanos y ríos.
Un estudio llevado a cabo por el IDEA-CSIC (Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua) en la cuenca del Guadalquivir, defiende que algunos compuestos presentes en las cremas solares de protección UVA y UVB podrían provocar la extinción de los peces de río al afectar la fertilidad de los mismos. En el punto de mira se encuentran sobre todo dos compuestos químicos, como son el 4-metilbenzilideno alcanfor y el metoxicinamato etilhexilo, que pueden tener efectos negativos sobre la fertilidad de los peces afectando a su aparato reproductor.
En cuanto a los ecosistemas marinos, una investigación llevada a cabo por el IMEDEA (Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados) en algunas playas de Mallorca, mostró que los productos químicos presentes en los protectores solares que se diluyen con el baño, y entre los que son más comunes la benzofenona 3 y el 4 metilbencilideno alcanfor, tienen efectos tóxicos sobre los corales a los que deforman y blanquean y sobre el fitoplancton, base de la pirámide alimenticia de todo el ecosistema marino, y que debido a ello puede extenderse al resto de organismos acuáticos (plantas, algas, crustáceos y peces).
Además de estos compuestos químicos, la gran mayoría de cremas solares liberan otros elementos como nitrógeno, fósforo y silicio que a pesar de no ser tan nocivos, en altas concentraciones pueden dar lugar a desequilibrios en el ecosistema al ser nutrientes y estimular el crecimiento de las comunidades de algas.
Las cremas comerciales que contienen estos compuestos químicos nocivos, actúan absorbiendo y dispersando la radiación a través de reacciones químicas que producen calor y otros subproductos, por lo que pueden tener efectos tóxicos sobre nuestro propio cuerpo al absorberse a través de la piel, pudiendo provocar melanomas, alergias, desordenes hormonales, etc. Sin embargo, hay algunos protectores solares que contienen entre sus componentes filtros de radiación físicos como pueden ser el dióxido de titanio y el óxido de zinc (siempre y cuando no estén en forma de nanopartículas), que no son tan agresivos con el medio ambiente y que no son absorbidos a través de la piel ya que actúan como barreras físicas impidiendo que la radiación penetre reflejando la luz ultravioleta, por lo que son más seguros y recomendables, aunque puedan considerarse más incómodos al no extenderse con facilidad y dejar la piel blanca. Estética o salud… ¡Tú eliges!
Entre los componentes que deberíamos evitar a toda costa para una buena práctica ambiental y de salud encontramos: BHT, parabenos, ciclopentasiloxano (D5), etilhexil metoxicinamato (OMC) y benzofenona-3 (BP-3). Otros que no son tampoco recomendables son las fragancias, el EDTA y las nanopartículas, peligrosas en forma de spray.
Las cremas más recomendables son aquellas que funcionan como barreras que reflejan la luz y que contienen en su composición compuestos como el dióxido de titanio, óxido de zinc/hierro o magnesio, silicio, talco, calamina, mica, caolín o ictamol, menor cantidad de compuestos químicos y mayor de componentes orgánicos.
Saber elegir a la hora de comprar y conocer las consecuencias de nuestra compra es muy importante, basta con documentarse y echar un vistazo a la letra pequeña, posiblemente nos podremos ahorrar disgustos y nos sentiremos mejor con nosotros mismos…no creen?
Alberto Ruiz Sáiz
Fotografía: Tomás Salas para Unsplash.com