La fiesta de los cócteles químicos
23/03/2023
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Quizás pocas personas se sentirán identificadas con los ejemplos que aparecen en este artículo. Normal. La preocupación por productos químicos potencialmente tóxicos en nuestro día a día no está entre nuestras prioridades, ya que no somos conscientes de los problemas que plantean. Y esto es normal también: es el resultado de décadas de construcción de un imaginario colectivo. Éste se forma a partir de la repetición de varias ideas que han llegado al nivel de “dogma” sin tener en cuenta los límites planetarios, como por ejemplo, las maravillas del plástico como envase o la necesidad de tener un producto de limpieza específico para cada cosa.
Pero, ¿qué es el cóctel químico? Un cóctel es una bebida resultado de la mezcla de varias bebidas. Cuando lleva el apellido “químico” hablamos de la mezcla de varias sustancias químicas. Una diferencia para comprender la envergadura de lo preocupante del asunto, es que mientras que un cóctel no llegaría a la media docena de ingredientes, el cóctel químico cuenta con cientos de ingredientes.
Otra diferencia es que la bebida, generalmente, es ocasional, mientras que el cóctel químico no. Nos exponemos a químicos a diario y los ingerimos (pesticidas en alimentos o en objetos que nos llevamos inconscientemente a la boca), los inhalamos (a partir de cosméticos, productos de limpieza o de jardinería) o absorbemos de manera subcutánea (desde la ropa, muebles, productos electrónicos…). Siguiendo con las diferencias, la bebida es una elección propia que podemos rechazar, mientras que con los químicos no es que tengamos muchas opciones ya que tenemos que seguir comiendo, limpiando o vistiéndonos con lo que nos encontramos en el mercado. Y el mercado que nos rodea es, en su mayoría, toxic friendly.
Y por último están las diferencias de sus consecuencias. Una caipirinha, un manhattan o un kalimotxo sabemos cuáles son las consecuencias en nuestro estado a corto plazo y las consecuencias para la salud a medio y largo plazo. Mientras tanto, el cóctel químico… ¡no sabemos las dimensiones de sus consecuencias! Lo que está claro es que buenas no son.
Hasta ahora se han estudiado las sustancias químicas por separado. Pero no se ha tenido en cuenta la interacción entre ellas. Por ejemplificar, supongamos un producto con tres sustancias: A, B y C. Las tres, por separado, no son problemáticas si están por debajo de cierto porcentaje. Podríamos decir: “bien, estamos a salvo. Se pueden comercializar productos con esas sustancias”. Lo que no se ha puesto de manifiesto antes de comercializarlas es que estas sustancias interactúan entre sí dentro de nuestro cuerpo generando unas consecuencias diferentes. Así , se deberían analizar las sustancias AB, AC y BC. Este fenómenos se hace más relevante durante el desarrollo del feto como señalan varias fuentes incluído el proyecto Life MixRisk.
Para entender la magnitud del asunto, puedes leer lo que dice la Unión Europea sobre los “cócteles químicos” en este link. Como hemos mencionado antes, el tema es preocupante y corremos riesgos que afectan a nuestra salud y la del planeta.
Y, ¿cómo hemos llegado a esta situación? A través de una industria que ha explotado el consumo hasta límites inimaginables de una manera inconsciente: se piensa en la maximización de los beneficios y no en las consecuencias para la salud de las personas y del planeta. Y, para sostenerlo, se usan químicos: para conservar, para poder realizar tratamientos innecesarios que otorgan una distinción de la marca sobre el resto, para usar un material de peor calidad pero más barato… Tras décadas de este capitalismo sin mesura y sin cuestionamiento, ha calado en nuestro discurso sobre nuestras labores cotidianas (como la alimentación o la limpieza), un discurso que nos dificulta salir de ahí.
Así por ejemplo, alguien que haya decidido cambiar su manera de limpiar, se enfrentará a cuestionamientos motivados por la idea de que cuanto más agresivos sean los productos, mejor o a la falsa idea de la especialización necesaria para cada cosa. ¿Cómo vas a limpiar con vinagre? ¿Y vas a usar también vinagre para desatascar el fregadero?
De la misma manera, comentar en una comida familiar o entre amigos que una compra a granel, también, para evitar los químicos que entran en contacto con la comida, puede finalizar en mofas o comentarios a la defensiva hacia la decisión de dicha persona.
Así podríamos seguir poniendo ejemplos de quienes compran sin químicos. Son ya muchas décadas de este consumismo que ha calado en nuestra cultura y las fuerzas económicas que la mueven tienen inercias muy grandes. Por suerte la conciencia medioambiental se está fortaleciendo y existen buenas iniciativas para cambiarlas.
Desde la Fundación Vida Sostenible hemos querido sumarnos al esfuerzo colectivo para modificar las inercias del uso de químicos en la industria asociándonos al proyecto Life AskREACH. Este proyecto, cuya financiación europea ha finalizado recientemente, seguirá en curso con su aplicación Scan4Chem para detectar productos que no cumplan el reglamento REACH de químicos y sustancias en los productos de consumo.
Por un planeta libre de tóxicos nocivos para la salud del planeta y la nuestra.
Darío Montes
Fotografía: Polina Tankilevitch en Pexels