Las tácticas asesinas de la industria

13/01/2025

Tiempo de lectura: 8 minutos

Categorías: Alimentación, Blog Señales-Etiquetas: -

Históricamente, las industrias de comida y bebidas poco saludables, alcohol y tabaco, han desarrollado campañas para favorecer la venta de sus productos. Estas estrategias han perjudicado el cumplimiento de acuerdos internacionales firmados para el desarrollo de políticas que protejan la naturaleza y nuestra salud.

España es firmante de múltiples acuerdos internacionales de diferente índole. Muchos de ellos están relacionados con la sostenibilidad y los derechos humanos. Pero, para cumplir con estos tratados, ¿basta con regular? ¿La industria debería hacer más? Concretamente, ¿hay industrias que no paran de hacernos la zancadilla? Para responder a estas preguntas, es preciso que primero os contemos algo de historia y estrategias industriales.

La ciencia pone en peligro las ventas de tabaco

A mediados del siglo XX hubo una batalla entre dos potentes adversarios: la ciencia y el marketing. La primera, rigurosa y respetada tenía su mayor debilidad en lo que era la gran fortaleza de su contrincante: la inversión. El marketing contaba con dinero para difundir todo aquello que los dueños de ese capital querían. En el centro del debate, el tabaco.

Es posible que, antes de la industrialización del tabaco, la promoción del tabaco como algo sano fuera realmente genuina. Pero a mediados del siglo XX ya se conocía que esto no era así. A pesar de ello, la industria tabacalera luchó para mantener su estatus y sus ventas recurriendo a mentiras y amenazas causando graves costes para la salud y vida de muchas personas. Aunque la ciencia ganó y ya sabemos que el tabaco mata, la batalla sigue dándose.

Más frentes abiertos: al tabaco se unen los alimentos y bebidas poco saludables y el alcohol

En agosto de 2024, Obesity Health Alliance (OHA), Alcohol Health Alliance (AHA) y Action on Smoking and Health (ASH) han publicado un informe sobre las estrategias que estas industrias utilizan para evitar que se creen regulaciones en contra de sus intereses. Las alianzas mencionadas hacen un llamamiento a las personas responsables políticamente para que se posicionen del lado de la salud pública, ya que estas empresas están deteriorando la salud y nos están matando.

El informe, basado en el Reino Unido, indica que:

• El tabaco es responsable de hasta la mitad de la diferencia de esperanza de vida entre los grupos socioeconómicos más altos y más bajos.
• Las muertes causadas por el alcohol son más del doble en las zonas más desfavorecidas de Inglaterra.
• El 46% de los niños de sexto curso de Inglaterra en las zonas más desfavorecidas padecen sobrepeso u obesidad, frente al 26% en zonas menos desfavorecidas.

La estrategia

El informe menciona ocho prácticas habituales:

• Negar o restar importancia a las pruebas de daños vinculados a sus productos.
• Posicionarse como parte de la solución.
• Tergiversar la ciencia que investiga sus productos.
• Distorsionar mensajes sobre los riesgos y daños para la salud.
• Amenazar y emprender acciones legales para interferir y retrasar la aplicación de políticas de la salud pública.
• Utilizar la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de lavado de imagen sobre bienestar y salud pública.
• Utilizar intermediarios para comunicar sus mensajes sin ser siempre transparentes sobre su financiación.
• Dar regalos, beneficios y hospitalidad a los parlamentarios intentando ganarse su favor.

Descargar pdf aquí

El informe consta de muchos ejemplos que merecen la pena ser leídos. Nosotras, os exponemos otros. La empresa de tabaco Philip Morris, en sus productos “smoke-free” habla de “mejores soluciones solo para adultos que ya fuman cigarrillos”. La realidad es que estos productos forman parte de una estrategia de la industria tabacalera para enganchar a las generaciones más jóvenes.

Esta misma empresa comenzó un acuerdo con la administración de la isla La Graciosa: “La Graciosa sin humo”… pero no libre de nicotina. El acuerdo promovía los espacios libres de humo como parte de la estrategia mencionada en el párrafo anterior. Esta campaña instaló señales incluso en parques. Muchas organizaciones pidieron su retirada a lo que el director de la compañía tabaquera dijo que no se trataba de publicidad sino de una concienciación contra los cigarrillos. Más tarde, dos entidades denunciantes fueron amenazadas por otra entidad aliada con el proyecto, TUV Austria, por dañar su reputación.

En 2005 hubo una campaña mediática enorme contra la ley antitabaco. Según muchas referencias la hostelería se iba a hundir y España iba a ver resentida su economía. Una vez más, no solo fue una falsa alarma sino que la salud pública ganó.

Recientemente se ha publicado un informe que ha investigado las estrategias de intimidación de estas industrias. Se han obtenido 64 fuentes que acreditan prácticas amenazadoras. Una de ellas es el lenguaje ultra agresivo hacia las personas que promueven más cuidado de la salud pública. Se han denominado como “fascistas de la alimentación” o “gestapo gastronómicos” a quienes querían prohibir la venta de dulces o comida muy procesada en colegios. ¡Incluso se ha acuñado el término en inglés “breastapo” (un juego de palabras en inglés entre pecho y gestapo) por promover la lactancia materna!

Otra estrategia asesina consiste en utilizar personas reconocidas para mejorar la imagen y promover unos valores que no tienen. El Pozo, ha escogido a la nueva estrella del tenis mundial, Carlos Alcáraz, como imagen de sus productos. No es casual que se elija a una estrella del deporte, un valor para promover la salud, para enmascarar una evidencia científica: la ingesta de carne procesada está relacionada con mayor probabilidad de padecer ciertos tipos de cáncer. Tampoco es casual que Campofrío, con varias denuncias por maltrato animal, contrate famosos para divulgar mensajes de valores humanos en su recurrente anuncio de Navidad.

Y la historia se repite: la reacción de la industria del alcohol ante la prohibición de usar eslóganes que invitan a beber con moderación, ha sido posicionarse en contra de su “criminalización”, nada más y nada menos. Recomendamos ver las declaraciones que se publican en esta noticia y contrastarla con el “Bingo” que hemos compartido más arriba. Busca las siete diferencias.

Además de la salud, hay más compromisos en juego

También está en juego el derecho de la ciudadanía a estar informada. España es firmante del Convenio de Aarhus. Este convenio reconoce que tenemos derecho a tener información sobre las decisiones importantes que afectan a nuestra vida. ¿Cómo vamos a tener una información fidedigna si el marketing y la RSC tienen libertad para hacer la guerra sucia contra cualquier agente promotor de la salud pública?

Y, por supuesto, nos jugamos el medio ambiente. La industria tabaquera utiliza contaminantes tanto en la agricultura del tabaco como en sus productos. Lo mismo ocurre con la industria de alimentos y bebidas poco saludables. Mientras tanto, España ha firmado el Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes. ¿Adivinas quién usa ese tipo de contaminantes?

También el Estado español ha firmado otros acuerdos para proteger la biodiversidad como el Convenio sobre la Diversidad Biológica, Acuerdo sobre la Conservación de los Cetáceos del Mar Negro, Mediterráneo y Zona Atlántica Contigua, la Convención sobre la Conservación de Especies Migratorias o el Acuerdo para la Conservación de Albatros y Petreles (ACAP). Tapones de botellas de bebidas azucaradas, colillas o pesticidas son grandes contaminadores de nuestros mares y océanos. Si no tienes alta sensibilidad hacia el sufrimiento animal, prueba a buscar en tu navegador de referencia “plásticos albatros” y verás porqué hacemos mención a estos acuerdos. ¿Cómo va a cumplir esos acuerdos nuestro país o cualquier otro firmante si no se limitan a esas industrias?

Determinación política y apoyo ciudadano

No es cuestión de prohibir que la gente consuma lo que quiera consumir. Lo que se trata es de proteger la salud de las personas. ¿Cómo van a cuidar eso las mismas entidades que se lucran de vender esos productos? Existe una clara incompatibilidad entre tomar las medidas necesarias para mejorar nuestra salud reduciendo el consumo de estos productos y la filosofía industrial de aumentar hasta el infinito la ganancia por sus ventas.
Existen múltiples evidencias científicas que ya han desmontado toda la fachada de mentiras que las industrias de la alimentación y bebidas no saludables, tabaco y alcohol urden para mantener su status quo. Es necesario que las personas con responsabilidad política actúen ya que la salud de millones de vidas, humanas y no humanas, se ponen en juego a diario.
Y mientras tanto, reduce todo lo que puedas y no le sigas el juego a estas industrias. Lo agradecerás.

Darío Montes

Image by svklimkin from Pixabay

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