Life in plastic
26/06/2019
Tiempo de lectura: 5 minutos
Life in plastic es un proyecto de Elena Gyldenkerne y Jon A. Juárez, una pareja siempre en busca de nuevos lugares para aprender sobre la naturaleza, la cultura, las personas y la comida.
Elena Gyldenkerne es una periodista independiente que trabaja en toda Europa cubriendo noticias, historias que muestran los efectos devastadores de la crisis económica, noticias políticas de última hora y los terribles ataques que han sacudido a Europa en la última década. Una experimentada periodista de vídeo, con un gran interés por historias sociales y ambientales.
Jon A. Juárez es fotógrafo, miembro de la Sociedad Alemana de Fotógrafos de la Naturaleza (GDT), y con un gran interés en historias humanas. Su labor se ha desarrollado principalmente en Escandinavia y Alemania, utilizando su experiencia para promover proyectos de conservación y crear conciencia sobre el cambio climático. Sus imágenes han sido premiadas tanto en Alemania como en toda Europa.
“Life in plastic” es una reflexión sobre el problema de los plásticos en nuestros mares y océanos: es difícil de ver y es difícil de ignorar. Hay envases de colores, cepillos de dientes, encendedores, guantes, latas y botellas de plástico en las orillas de casi todas las playas que conocemos. Y esto es solo un pequeño porcentaje de lo que realmente hay, ya que encontramos toneladas plástico en el mar y lo peor de todo: la mayoría de ellos ni siquiera se pueden ver.
Elena Gyldenkerne vino a vernos hace dos semanas –hizo sus prácticas de Grado en Fundación Vida Sostenible y hacía tiempo que no nos veíamos–, nos pusimos al día, comentamos proyectos y experiencias, entre los proyectos de los que hablamos surgió su reciente viaje por Escocia junto a Jon A. Juárez. Ellos esperaban ver lugares asombrosos, experimentar algunas aventuras y realizar reportajes fotográficos, pero una vez que llegaron, les resultó bastante difícil enfocar, inspirarse, tomar fotos hermosas y escribir sobre ellas.
Algo no funcionaba, y después de un tiempo se dieron cuenta de que la razón era el plástico que les rodeaba. En todos los lugares a los que fueron: cuerdas, redes de pesca, tiras de plástico, contenedores, boyas… Y eso era tan solo a primera vista. Cuando se acercaban a las pequeñas piezas enredadas en algas, también encontraban gorras, espuma, latas, tazas y muchos pequeños trozos de plástico que ni siquiera sabían a qué pertenecían.
Eran playas remotas, algunas de difícil acceso, y sin embargo, estaban llenas de todo tipo de objetos, y la mayoría de los residuos probablemente provenían de barcos.
Así que decidieron replantear su proyecto fotográfico: su reportaje tendría que ayudar a las personas a tomar conciencia del peligro que representa la acumulación de plásticos en el océano con un tono amigable pero directo.
Poco a poco empezaron a recoger las pequeñas piezas que estaban alrededor de la playa donde se encontraban: un gran contenedor verde, una red roja, algo de espuma, una gorra… y crearon un pez imaginario a los pies de las hermosas ruinas del castillo de Dunscaith. Admite que se divertían preparándolo, configurándolo, y decidieron hacerlo de nuevo si encontraban más residuos de plástico en otros lugares. En tres días ya habían reunido:
- Un pulpo dentro de una cueva, construido con un contenedor de lejía púrpura, tapas de plástico y algas marinas.
- Una gran tortuga en una playa, con forma de un contenedor verde, tapas de plástico y otras piezas adicionales.
- Una ballena nadando hacia toneladas de plástico en una hermosa y pequeña entrada cerca del Punto de Sleat, construida con cuerdas, redes de pesca, contenedores de jabón y chanclas.
- Un tiburón azul en una impresionante playa de coral, construida con cuerdas, botellas de vidrio, una lata de fideos, un guante de goma, un tenedor de plástico, espuma y señuelos entre otros.
De alguna manera la construcción de estos animales que están sufriendo tanto por la acción humana les hizo sentirse bien. Aunque había un problema: era imposible sacar de allí todos esos residuos una vez realizado el reportaje, estaban a más de 50 minutos a pie del lugar donde habían dejado el coche y solo era posible hacerlo en algún tipo de barco. Así que consideraron, que su permanencia en la playa, era una forma de aumentar la conciencia sobre el peligro del plástico en los océanos y playas que entenderían tanto los adultos como los niños, que se acercarán por allí.
En uno de los últimos lugares en los que estuvieron tuvieron más suerte. Conocieron a Mo MacQuarrie, a quién encantó la idea y colaboró en la construcción del gran tiburón blanco. En este caso, una vez hecho el reportaje, pudieron depositar los residuos en contenedores de reciclaje gracias a la colaboración de la población local. Al menos estos no volvieron al agua.
Gran parte del resultado de este proyecto, así como la descripción de la experiencia de Elena y Jon, se puede consultar en el blog Life in plastic o en el canal de youtube Highways and byways. Desde este pequeño artículo en la web de Fundación Vida Sostenible queremos difundir sus proyectos y experiencias, como escriben Elena y Jon en su blog: “(…) si todos nos obligamos a mirar, nos daremos cuenta de que los plásticos no van a desaparecer por sí solos. Está en nuestras manos cambiar nuestras rutinas y hacer algo al respecto”.
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