Once cosas que haremos por primera vez en 2023
12/01/2023
Tiempo de lectura: 5 minutos
Este año 2023 viene cargado de interesantes cambios hacia la sostenibilidad. Puede tratarse de nuevas leyes (como la que establece las ZBE o el decreto de envases y residuos de envases) o el auge previsto de nuevas tecnologías (como el autoconsumo). Pero también de la revitalización de viejas prácticas (como viajar en tren o devolver el casco) o simplemente de superar estados de ánimo negativos como la ecoansiedad.
Comprar comida, no plástico desechable
Se necesitan nervios de acero, pero se puede hacer. Acérquese al mostrador y pida con voz alta y clara medio kilo de lo que sea cortado en trozos. A continuación, alargue al profesional que le atiende un tarro de cristal para meter la comanda. Guarde el tarro y pague. Resultado: ni un gramo de plástico desechable en su cesta de la compra. Requiere algo de práctica, pero termina por enganchar. Hasta ahora esta práctica la llevaban a cabo algunas pocas personas, pero ahora el RD 1055/2022 obliga a los mercados a aceptar los tápers.
Movernos por la ciudad sin contaminar, o contaminando menos
Nada menos que 155 zonas de bajas emisiones (ZBE) se reparten por la geografía española. Son todas las capitales de provincia (menos Soria y Teruel) y todas las ciudades de más de 50.000 habitantes. Muchos municipios están dando largas, escudándose en que tienen todo el año 2023 para organizar el asunto, que consiste principalmente en impedir el paso al casco urbano de los coches contaminantes. Muchas personas, al mismo tiempo, están descubriendo el placer de la movilidad urbana que tiene en consideración a los demás, a pie, en bici o VMP (vehículo de movilidad personal) o en transporte público.
Producir nuestra propia electricidad
Poco a poco, de instalar unos paneles fotovoltaicos con fines testimoniales se está pasando a iniciativas más serias de autoconsumo. Los datos incompletos disponibles muestran que esta modalidad energética se está disparando.
Comprar un medio de transporte con conocimiento
Va a ser toda una experiencia, elegir vehículo no en función de los cantos de sirena de la publicidad y del cuñadismo, sino de la misma manera en que elegimos un destornillador para nuestra caja de herramientas. Es decir, teniendo en cuenta el uso que vamos a darle, las necesidades que va a cubrir y los tornillos que va a girar. Este novedoso punto de vista hace que ya no nos interese el tiempo que tarda el vehículo (en segundos) en alcanzar los 100 km/h, o si el frontal es agresivo o más bien soso. Lo habitual siguiendo este método es acabar comprando un utilitario pequeño y barato, o una bicicleta eléctrica, o simplemente un buen abono de transportes.
Practicar el eco-optimismo
La ecoansiedad no sirve de nada, y va a terminar por atraer la atención de las farmacéuticas, que ya ven rosadas perspectivas de millones de ecoansiosos medicados hasta las orejas con su producto: el Ecoprozac. El eco-optimismo nos permite dejar de preocuparnos por colapsos civilizatorios hipotéticos y hacer todo lo que esté en nuestra mano para salvar al planeta y vivir en sociedad, que no es poca tarea.
Abastecernos de productos de segunda mano
El mercado de productos de segunda mano es más viejo que el hilo negro, pero tuvo un cierto declive en los últimos años. Ahora resurge con fuerza, y no solo para la ropa, sino también en materia de ordenadores (reacondicionados), teléfonos móviles y un sinfín de aparatos. Sin contar muebles, libros y hasta viviendas. Todo lo que se pueda imaginar está disponible, más barato y con menos impacto ambiental, como artículo de segunda mano o en lugares como La biblioteca de las cosas.
Viajar en tren
Tras décadas de poca animación, el tren coge impulso. Varias compañías compiten para ofrecer billetes a buenos precios. Casi tan importante en el revival del tren es una serie de decisiones legislativas en la UE que llegan a prohibir los vuelos comerciales en trayectos que se pueden hacer en menos o igual tiempo en tren. Eso sin contar iniciativas más o menos privadas de volver a poner en funcionamiento líneas de ferrocarril abandonadas. Además de que ahora mismo hay sustanciosas reducciones del precio de los billetes.
Devolver el casco
Todavía es incipiente, pero todo apunta a que la fórmula de devolución y retorno de envases, abandonada hace cuatro décadas, va a regresar a nuestra vida cotidiana. Aquí se puede ver el ejemplo de una fábrica de bebidas vegetales en Granada.
Rechazar imitaciones
A finales de 2022, el roscón de reyes de varias importantes cadenas de supermercados fue denunciado por anunciarse como “roscón de nata” cuando no tenía ni un gramo de grasa de leche y era una masa de aceite vegetal emulsionada en agua. Hay muchos ejemplos de alimentos que son puro sucedáneo: la margarina (sucedáneo de la mantequilla) es el más famoso y antiguo, pero también las salchichas a base de carne separada mecánicamente o los palitos de pescado. Es la hora de seguir el antiguo consejo publicitario “rechace imitaciones” y exigir el producto original (nata, carne, pescado, mantequilla).
Cuidar unas cuantas plantas
2023 es un buen año para comenzar una relación con el reino Plantae (que es en definitiva el que nos da de comer). Los beneficios que obtendremos son muchos, por ejemplo: “Crea un paisaje vegetal en tu hogar y conseguirás un entorno saludable. Las plantas proporcionan aromas y colores agradables; humidifican, purifican y oxigenan el aire; y absorben compuestos contaminantes y tóxicos del ambiente”. (De la Guía FVS sobre las plantas, de próxima aparición).
Comprar a granel
Se está trabajando para que en 2023 la fruta y verdura que encontramos en los supermercados se venda sin plásticos o cajas; es decir, a granel. Hay alguna controversia en el asunto, sobre todo por las frutas pequeñas, como las frambuesas o las uvas; pero seguro que con un poco de creatividad encontraremos la solución.
Fotografía: Planet Volumes en Unsplash