¿Puede recuperarse Haití?
17/10/2017
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Haití sigue siendo uno de los países más pobres del mundo y ha sufrido una larga historia de desastres naturales, incluyendo ciclones, terremotos, inundaciones, tormentas tropicales y huracanes. Más notablemente, en 2010, Haití sufrió un devastador terremoto con una magnitud de 7.0, que supuestamente cobró las vidas de 220.00 personas y destruyó 105.000 hogares. Más recientemente, el huracán Matthew golpeó a Haití en noviembre de 2016, matando a más de mil personas y dejando a 350,000 residentes que necesitan asistencia inmediata. Estas catástrofes han dejado a los haitianos luchando meramente por sobrevivir.
Viajé a Haití con una organización llamada Khalsa Aid en dos ocasiones distintas en 2016 –septiembre y noviembre. En septiembre pasé una semana comprando y entregando alimentos, artículos de limpieza, recursos educativos y regalos a nueve orfanatos. En noviembre viajé a Haití después del huracán Matthew para proporcionar ayuda en aldeas remotas, particularmente en Les Cayes, que se encuentra a cuatro horas de distancia de la ciudad de Puerto Príncipe en las montañas. Basado en mi experiencia de primera mano y más investigación, este artículo busca explorar el impacto del huracán Matthew y en general el estado de la sostenibilidad en Haití.
Conducir por Puerto Príncipe por primera vez fue un momento memorable por decirlo así. El hedor de las aguas residuales, las calles y caminos congestionados, las montañas de desperdicios y los puestos de mercado hacinados no es algo que pueda olvidarse fácilmente. Se vía claramente por qué las inundaciones repentinas se convierten en un gran problema en lugares como Port Au Prince. La falta de una gestión eficiente de los residuos obstruye los sistemas de alcantarillado y las vías fluviales, lo que empeora aún más el impacto de las inundaciones. Los sistemas de alcantarillado insuficientes y escasos están arruinados por la proliferación de desechos y, en consecuencia, son inadecuados cuando hay inundaciones. Esto a su vez desencadena enfermedades transmitidas por el agua como la diarrea crónica, el cólera y la fiebre tifoidea, lo que es un problema muy grave dado que muchas familias carecen del dinero suficiente para pagar los medicamentos.
Viajar a Les Cayes cada mañana fue difícil debido a las malas condiciones de las carreteras, empeoradas por las lluvias. Este viaje también era cada vez más peligroso, ya que era evidente que se habían producido múltiples derrumbes y podrían ocurrir más derrumbes en cualquier momento. Las principales causas naturales de deslizamientos de tierra tienden a ser terremotos y fuertes precipitaciones. En cierto momento, fui testigo una avalancha de rocas y escombros cayendo por la ladera de la montaña en el camino de un motociclista, que evitó la colisión por los pelos. Las condiciones del clima y los consiguientes deslizamientos de tierra hacen que sea aún más difícil para los residentes que viven lejos en las montañas viajar al centro de la ciudad para comprar alimentos, artículos de limpieza y otras necesidades básicas, lo que aísla aún más a estas comunidades. Además, el viaje a Les Cayes fue considerado demasiado arriesgado por otras organizaciones de ayuda que, comprensiblemente, no estaban preparadas para proporcionar ayuda a las comunidades rurales a menos que pudieran viajar en avión. Esta circunstancia limitó la cantidad de ayuda y medicamentos necesarios recibidos por estas comunidades.
El huracán Matthew dejó un rastro de destrucción, que se hizo más evidente al viajar más lejos en las aldeas rurales ubicadas en Les Cayes. Los residentes tuvieron que refugiarse en una escuela local ya que era el único edificio que permanecía parcialmente intacto, con su techo de láminas de hojalata como única protección contra las fuertes lluvias. Aunque no hubo tanta inundación como en Puerto Príncipe, vientos de hasta 200 km/h destruyeron casas y posesiones. Sin embargo, lo más importante es que los cultivos fueron destruidos y muchas comunidades del sur, en particular, dependen de la agricultura de subsistencia. A largo plazo, la pérdida de cultivos podría conducir a una malnutrición extrema para quienes viven en comunidades rurales.
El impacto negativo del huracán Matthew podría haberse reducido mediante la reforestación. Las cifras muestran que aproximadamente un tercio de Haití consiste en zona forestal. Sin embargo, la tala acelerada ha conducido a la erosión del suelo. En consecuencia, Haití es más vulnerable a los desastres debido a los niveles asombrosos de deforestación. El aumento de la cobertura arbórea protegería a los residentes del impacto de las tormentas tropicales, ya que las raíces de los árboles mantienen en su sitio la capa superficial rica en nutrientes cuando hay fuertes lluvias, lo que impide las inundaciones masivas y los consecuentes deslizamientos de tierra.
Fundamentalmente, se necesita invertir una gran cantidad de fondos en la infraestructura principal de Haití, como las obras de saneamiento, los sistemas de agua y las viviendas asequibles. Esto tendrá un impacto social, económico y de desarrollo sustancial para el país. Es importante que se desarrollen sistemas eficientes de drenaje, purificación de agua y recolección de basura para enfrentar los problemas de saneamiento. Además, como ya lo están haciendo algunas organizaciones, es necesario implementar iniciativas para plantar más árboles en Haití como parte de un proyecto de reforestación a largo plazo.
Creo que aún queda esperanza para Haití, un país de personas resilientes que continúan soportando y sobreviviendo a un desastre tras otro.
Texto y fotografía: Sohnia Gill