¿Qué es un estilo de vida insostenible?

Todo el día dando la brasa con la sostenibilidad, pero se nos olvida hablar de su aparente posición opuesta. ¿Qué caracteriza un estilo de vida insostenible? Ahí van algunas de sus peculiaridades, a modo de comparación:

Es la manera de vivir de (casi) toda nuestra sociedad

Para empezar, es el estilo de vida del mundo real. Desde apurar y tirar una botella de agua de plástico desechable hasta pasar un buen rato atrapados en un atasco de tráfico. Así como vivir en un ambiente permanente de ruido excesivo, o cenar a base de alimentos ultraprocesados. Ese es el estilo principal de nuestra sociedad, lo que hacemos, todo el mundo, todos los días.

Es la opción por defecto

No es común llevar una botella de acero, rellenable, o ir a nuestras ocupaciones montados en bicicleta. Los elementos de un estilo de vida sostenible suelen exigir llevar a cabo una acción (desde separar los residuos a cocinar), los elementos insostenibles suelen ser más fáciles, no requieren hacer nada, ya nos vienen dados.

Sale caro

Los estilos de vida insostenibles están basados en comprar cosas. Incluso hay una modalidad de comprar muchas cosas verdes o eco, el llamado consumista sostenible. Hay que comprar una casa, un coche, infinidad de artilugios domésticos, ropa más o menos de moda, comida preparada, etc. Lo que se viene a llamar consumismo, que tanto irrita a los moralistas (grandes consumidores ellos mismos, por lo general). El estilo de vida sostenible suele estar más basado en usar las cosas, sacarles todo el partido posible.

Está basado en explotar al máximo un mito: el “frenético ritmo” de la vida moderna

El mito del acelerado trajín de nuestra vida ha sido creado con propósitos comerciales, y es el principal puntal del estilo de vida insostenible. Gracias a él, usamos el coche en vez de caminar, lanzamos un ultraprocesado al interior de un horno de microondas en lugar de cocinar, etc.

Supone pagar mucho dinero por cosas que no deberían costar tanto

Dos ejemplos de cosas demasiado costosas son la casa y el transporte. De ser dos elementos del gasto de las familias de importancia secundaria, comparadas con los dos gastos fuertes, la comida y el vestido, han pasado a la primera y segunda posición. En consecuencia, no dejan mucho margen para mucho más, por ejemplo comprar comida y ropa de calidad.

Consiste en complicarnos la vida manejando cosas que no necesitamos

El acelerado ritmo de vida es la razón principal por la que compramos objetos absurdos, como roombas o robots de cocina. Luego vemos que no solo no ahorran tiempo, sino que nos hacen perderlo en su (por lo general complicado) manejo.

Está muy sobredimensionado, y por ello es muy ineficiente en el uso de los recursos

El estilo de vida insostenible sigue al pie de la letra el dicho “ande o no ande, caballo grande”. Esto se aplica a muchas cosas, desde móviles muy caros y muy potentes con media docena de cámaras, que usamos solo para charlas vía whatsapp, al proverbial cochazo SUV, que empleamos para movernos unos pocos kilómetros hasta el lugar de trabajo.

Pierde y olvida saberes y habilidades tradicionales

Se trata de un nuevo fenómeno, mucha gente que declara casi con orgullo que no saben cocinar, ni coser un botón, ni hacer cualquier reparación ultrasencilla, ni siquiera cuidar un cactus (que ya es dejadez).

Jesús Alonso Millán

Foto de Nareeta Martin en Unsplash