Conducta
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BUENAS PRÁCTICAS PARA SU USO
El frigorífico nos permite disponer de alimentos frescos durante todo el año, pero también está encendido las 24 horas del día, los 365 días del año. ¿Cómo podemos aprovechar sus ventajas reduciendo al mismo tiempo el consumo de energía?
Sea cual sea nuestro modelo de refrigerador, podemos hacer muchas cosas para que su consumo de energía sea el mínimo posible:
- Alejar del calor: si el aparato está situado en un ambiente muy caliente –pegado a una cocina, por ejemplo– la transferencia de calor del exterior del aparato al interior será mayor y, por tanto necesitará más energía.
- Que corra el aire: deja margen entre el frigorífico y la pared para que circule el aire y se disipe mejor el calor que expulsa para mantener el interior frío.
- Límpialo: y no nos referimos a por dentro –qué también– sino a por fuera. El polvo que se acumula en la rejilla posterior también evita que se disipe el calor que el frigorífico tiene que expulsar.
- Cerrar: dejar la puerta abierta más tiempo del estrictamente necesario causa un efecto similar de derroche de energía.
- Comprobar: las gomas de las puertas deben de fijarse bien para evitar pérdidas de frío.
- Descongelar: si el modelo no es del tipo “sin escarcha” (no frost, para entendernos), una gruesa capa de hielo se formará en pocos meses dentro del congelador. Si no descongelamos con regularidad el aparato, el motor tendrá que trabajar forzado para mantener congelados los varios kilos de hielo formados.
- Esperar: algo que casi todo el mundo hace, pero que no está de más recordar consiste en la necesidad de esperar a que los alimentos cocinados alcancen la temperatura ambiente antes de meterlos en el frigorífico. Los alimentos muy calientes obligan al motor a trabajar a pleno rendimiento hasta volver a alcanzar la temperatura de conservación.
- Descongelar alimentos: de la misma manera que no metemos la comida cuando está caliente, meter los alimentos para descongelar en la nevera nos aportará un extra de frío que no será necesario aportar por la propia nevera.
Puedes encontrar más consejos e información en la Guía FVS El frigorífico.