Siete elementos imprescindibles para tu kit de supervivencia y sostenibilidad

30/09/2020

Tiempo de lectura: 6 minutos

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Una bicicleta (si puede ser eléctrica, mejor) y un par de buenos zapatos

Al depender de la electricidad y de tus pies para moverte, cortas tu conexión con el petróleo y la contaminación que supone su uso, y te aseguras un medio de transporte más seguro, barato y mucho mejor para tu salud. Los zapatos es muy posible que ya los tengas, pero la bicicleta es algo más peliaguda. Si estás en buena forma puedes conseguir una bicicleta de ciudad muy ligera, que te llevará a todas partes con un gasto mínimo de energía. Pero si quieres pedalear tranquilamente, aplicando tu esfuerzo a voluntad, necesitarás una bicicleta eléctrica, con una autonomía de entre 25 y 40 km. Muchas son plegables, otras tienen la batería extraíble para facilitar la carga. No es solo la bicicleta. Hay una gran variedad de vehículos eléctricos para moverte, desde las urbanwheels a los coches utilitarios de pilas.

 

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Un proveedor de confianza de alimentos frescos (frutas, verduras y legumbres y algo más) y un recetario de cocina

Quien tiene una buena frutería en la esquina de su calle tiene un tesoro, pero eso se está volviendo raro últimamente. No obstante, a no ser que vivas en un “desierto alimentario” (esos lugares, raros todavía en España, a varios kilómetros de distancia de la tienda de comida fresca más próxima) seguro que tienes buenas ofertas de buenos alimentos cerca de tu casa. Puedes dar un paso más conectando directamente con productores locales, aquí tienes algunas ideas en la Comunidad de Madrid.

El recetario te servirá para convertir los alimentos frescos que compres en platos ricos, sanos y de baja huella ecológica. Puedes usar cualquiera en papel o usar la app ComidAprueba.

 

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Un smartphone resistente y con buena batería y una colección de apps útiles

La batería suele ser el punto flaco de los smartphones, pero hay modelos muy buenos por aproximadamente 100 euros que te darán adecuado servicio. Una vez activado el teléfono, es cosa de cargar unas cuantas apps que te faciliten la vida y al mismo tiempo te la hagan más sostenible. Por ejemplo, las que te permiten conectar con redes de vehículos compartidos, o con el sistema de transporte público de tu localidad, con objeto de sacarle todo el partido. Aquí y aquí tienes dos ejemplos.

Hay muchas otras apps muy interesantes para que no te den gato por liebre al comprar alimentos y otras cosas, o que te permiten poner a la venta o comprar artículos de segunda mano, o ideas para reutilizar objetos, etc.

 

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Un buen proveedor de materiales de bricolaje y una sencilla caja de herramientas

Ha llegado la hora de reparar, reutilizar, convertir y construir. El bricolaje es una estupenda afición, pero además es una habilidad casi tan útil como cocinar. Si algo se rompe, puedes intentar repararlo. Si necesitas algo muy específico, como un mueble hecho a la medida, puedes construirlo tú mismo (y ahorrarte de paso un montón de dinero). Puedes mejorar tu vida de muchas maneras si te pasas al lado bricolero de la vida.

 

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Una lista de la compra de bienes y servicios que puedes cambiar o mejorar

El mucho o poco dinero que tienes para gastar, puedes dirigirlo hacia un lado o hacia otro, con importantes consecuencias para tu salud y la del planeta que habitas. Puedes comprar comida chatarra o alimentos frescos de calidad, y desde no hace mucho incluso puedes contratar electricidad verde, procedente (de manera virtual) de fuentes renovables. Puedes adquirir ropa enfangada de poliéster o prendas de buena calidad de algodón 100%, etc.

Puedes elaborar una lista (mental) de cosas de calidad y en las que puedes gastar tu dinero con provecho, y otra de chorradas que compras automáticamente, que no necesitas y que te cuestan una pasta. Reduciendo las segundas harás algo más que ahorrar dinero, ayudarás a mejorar nuestro medio ambiente planetario.

 

Algunos elementos naturales: plantas, animales y cosas parecidas

Paradójicamente, limpiar y adecentar tu casa, convirtiéndola en un lugar más saludable para vivir, no consiste en usar jabones y bayetas bactericidas ni sprays insecticidas. Puedes empezar por deshacerte de toda clase de productos tóxicos y agresivos (se reconocen porque están obligados a llevar en el envase alguno o varios de los símbolos que se ven a continuación)

Imagen: Prevencionar

y a continuación utilizar para limpiar toda la casa únicamente jabón corriente y un poco de vinagre. El paso siguiente es aumentar la dotación de elementos de naturaleza en tu casa, según tus posibilidades: desde un tiesto encima de una mesa a un huerto completo con pozo y caseta de aperos. Lo de las mascotas es una cosa muy personal, pero una casa limpia de tóxicos suele atraer a interesantes animales, como salamanquesas, arañas, gorriones, etc.

 

Nuevas papeleras colocadas por el Ayuntamiento de Madrid

Un sistema de reciclaje avanzado de los residuos que produces

Hay una diferencia como de la noche al día entre el antiguo sistema de cubo único a donde iba a parar toda la basura mezclada y el sistema actual de separación en cinco fracciones básicas (envases ligeros, vidrio, papel y cartón, materia orgánica y resto) y varios otros componentes (medicamentos, lámparas, pilas, etc.). Separar todo cuidadosamente y luego llevarlo a su lugar adecuado (contenedores callejeros, farmacias, puntos limpios, etc.) está muy bien, pero se puede dar un paso más. Es posible reproducir en casa la jerarquía profesional de tratamiento de residuos vigente en Europa.

Para empezar, no meter residuos en casa, o meter los menos posibles. Eso se puede hacer comprando artículos sin empaquetar o con el empaquetado reducido al mínimo, y evitando la compra de cualquier objeto de usar y tirar. En segundo lugar, reutilizando y dando salida por nuestra cuenta a los residuos que se puedan tratar así. Por ejemplo, dando un nuevo uso a los tarros de cristal o a las cajas de cartón. En tercer lugar, reciclando los que se pueda reciclar en nuestra propia casa. Hay muchas posibilidades: el aceite usado se puede convertir en jabón, como muestra este vídeo (luego lo podemos usar para la limpieza en vez de agresivos químicos), el cartón y papel se pueden convertir de nuevo en papel, y la materia orgánica se puede transmutar en compost para alimentar tus plantas o las de tus vecinos.

 

Publicado originalmente en el blog El ciudadano autosuficiente, del diario Público.

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