Sostenibilidad rima con Navidad
13/12/2018
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Antes que nada, conviene decir que la Navidad y todo el asunto del fin de año en general es una fiesta que data del tiempo de los neandertales. Parece ser que los primeros humanos se dieron un susto importante el primer invierno en que fueron conscientes del paso del tiempo, a medida que avanzaba el otoño y los días se hacían cada vez más cortos, como si se fuera a acabar el mundo. Entonces, el 21 de diciembre, lo que llamamos ahora solsticio de invierno, vieron que la tendencia se invertía y los días se hacían cada vez más largos, lo que indicaba que volvería a haber primavera y verano. Dando un gran suspiro de alivio, nuestros lejanos antepasados se pusieron a festejar ese día, y así hasta hoy.
Así que la Navidad es una temporada de justificado derroche. No hay nada más absurdo que esos bienintencionados artículos que abundan por estas fechas en Facebook sobre “navidades saludables” que recomiendan beber agua fresca y masticar verduras crudas en las grandes cenas de la temporada. No señor, lo que nos apetece es cometer excesos con la comida y la bebida. Pero lo que sí podemos hacer es disfrutar a lo grande y al mismo tiempo pisotear nuestro planeta lo mejor posible. A continuación ponemos algunos ejemplos.
Frenemos el desperdicio de comida
Si a lo largo del año tiramos comida a la basura en grandes cantidades (hasta un tercio de toda la que compramos) en Navidad ese derroche se dispara. Para evitarlo, no tenemos más que considerar la lista de invitados e identificar y calcular lo que necesitaremos para alimentarlos. Se puede calcular un poco por debajo porque en Navidad estamos todo el día picando comida y bebida, nadie llega a la mesa con un hambre de lobo. A continuación, guardar cuidadosamente aquello que no hemos comido, las sobras, y utilizarlas para preparar la comida del día siguiente: croquetas, takos, cremas, etc. Hay miles de recetas en internet hechas con comida del día de antes. Aquí tenéis algunas ideas.
La espinosa cuestión de los regalos
A quién regalar y qué regalar es una cuestión importante en estas fechas. Se compran montañas de objetos más o menos inútiles y se reparten entre toda la población, que muchas veces arrincona el obsequio sin usarlo o directamente lo tira. Un truco para regalar con acierto es regalar algo que a ti ya no te sirva a una persona que sabes que le gusta, en vez de comprar algo nuevo. Si ya no lo usas y lo tienes tirado en el armario ¿por qué no darle un nuevo uso? También se pueden hacer regalos artesanales o manualidades, en vez de comprarlos en tiendas, es mucho más gratificante un regalo creado por nosotros que comprado en una tienda.
La decoración, mejor artesanal
Puedes adornar las casas o el árbol de Navidad con productos reciclados directamente por tí mismo. Por ejemplo, lámparas con las cápsulas de café, bolas o adornos navideños con viejos DVD, reutilizando los corchos de vino o con chapas de botellas. Con la ayuda de la imaginación, se pueden hacer cosas increíbles.
El árbol de Navidad no es un adorno desechable
A menos que sea de plástico (entonces no tienes más que guardarlo y reutilizarlo el año que viene) o se haya secado sin remedio, el árbol de Navidad que tienes en el salón lleno de adornos y lamparillas es un ser vivo. Y como tal, puede tener una nueva vida si lo entregas en el lugar adecuado. Muchos ayuntamientos tienen campañas de recogida de abetos y árboles de Navidad. Los llevarán a los viveros municipales, exhaustos después de las fiestas, y los harán revivir a base de riego y cuidados. También es posible compostar los árboles moribundos y ramas secas, otra forma de darles nueva vida. Infórmate en tu Ayuntamiento de sus iniciativas de recogida de árboles de Navidad.
Gastronomía de la buena, mejor que cara
Las grandes comidas y cenas navideñas son la ocasión perfecta para recuperar platos de nuestra gastronomía tradicional, con guisos típicos y deliciosos, muchos a base de vegetales, como el cardo o la lombarda. Como ejemplo de recetas navideñas perfectas para platos principales podemos nombrar el bacalao al pil pil o la caldereta de cordero. A los postres no deben faltar las frutas de temporada. También es fácil, ya que nos metemos en harina, hacer nosotros mismos los dulces navideños: bizcochos, mazapanes, pan de frutas sopa de almendras, etc. Conocerás así la calidad y tipo de ingredientes: azúcar, harina, huevo, almendras, miel, etc., nada de aceite de palma ni aditivos.
Coto a los residuos
Se estima que la producción de residuos municipales pasa de 1,4 kg/día a lo largo del año a 2 kg/día por persona durante las navidades. En Madrid, el día de Año Nuevo se recogen 2.000 toneladas de vidrio procedente de las celebraciones de Nochevieja, siendo la Noche de Reyes la de mayor generación de residuos, principalmente por las cajas de cartón y plástico de los regalos. En ciudades como Barcelona, los residuos de papel y cartón aumentan un 10% y el vidrio un 14% durante la temporada navideña. En todo el territorio nacional se gasta en torno a 70 kilómetros cuadrados de papel de envoltorio. Si no puedes evitar producir tantos residuos, colócalos en su contenedor correspondiente.
Contiene información condensada de artículos de Patricia Pinel, Patricia Gómez Cano y Verónica del Río.