Sosteniendo la esperanza verde: prioridades ecológicas después de las elecciones europeas
19/06/2024
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Las pasadas elecciones europeas al Parlamento Europeo fueron las que más participación ciudadana tuvieron en los últimos veinte años, un 51,01% comparado con un 42,61% del 2014. Cabe decir que no fueron unas elecciones fáciles. Las múltiples crisis (climática, precariedad laboral, sin hogarismo, etc.), campañas anti-cambio climático e inestabilidades geopolíticas a las que se enfrenta Europa, pusieron en jaque priorizar las cuestiones ecosociales que la conciernen. A pesar de que se estimaba que el bloque verde podría perder hasta un tercio de sus 74 escaños, finalmente salió a flote con un escaño más del previsto. Además, los otros candidatos con fuertes programas medioambientales, tampoco salieron muy bien parados. ¿A qué se debe esta caída? ¿Vivimos en una Europa cuya ciudadanía no se preocupa por el cambio climático? ¿Qué otros factores entraron en juego? Y ahora, con estos resultados… ¿Está todo perdido?
Para resolver estas preguntas analizaremos brevemente qué temáticas tuvieron mayor atención en las narrativas preelectorales de los eurodiputados, qué opina la ciudadanía europea de las políticas para el planeta y el cambio climático y, por último, qué podemos esperar en los próximos días.
Narrativas preelectorales
Campañas preelectorales enfocadas en otras temáticas
En las campañas preelectorales, la seguridad se posicionó en el centro de los discursos. Por un lado, la securitización geopolítica de Europa ha eclipsado otros temas cruciales como los derechos de las personas vulnerables o los del medio ambiente. Sin embargo, esta estabilidad que se busca para Europa solo podrá ser alcanzada una vez se preste realmente atención y medidas a la triple crisis: el cambio climático, la polución y la pérdida de biodiversidad. Los eurodiputados tienen la responsabilidad de garantizar un medio habitable y sostenible para todas las personas.
Por otro lado, en las campañas electorales también se ha hablado mucho de una UE más competitiva, con políticas digitales y económicas. Sin embargo, estos objetivos precisamente dependen, en gran medida, de la aceleración de la transición ecológica justa. Esta última sería crucial para aumentar la competitividad europea y mejorar su posicionamiento en la economía global mientras crea millones de empleos “verdes” de calidad para los ciudadanos de la UE, tanto presentes como futuros.
A la ciudadanía europea sí le importa el cambio climático
Mientras que estas han sido las prioridades de las campañas políticas: ¿qué opina realmente la ciudadanía sobre las medidas ambientales? Se podría decir que los resultados de estas elecciones no reflejan completamente las preocupaciones de la ciudadanía europea con respecto al cambio climático. Según un informe de la Comisión Europea, el 93% de la ciudadanía española (y el 78% de la UE) está de acuerdo con que los temas medioambientales tienen un impacto directo en su salud y en sus vidas personales.
Además, en febrero y marzo de este año, se preguntó en una encuesta del eurobarómetro cuáles deberían ser las prioridades para las elecciones europeas. Como se puede ver en el Gráfico 1, la lucha contra el cambio climático se situó en el quinto lugar de un total de quince temas en orden de prioridad. Otra encuesta llevada a cabo por la Comisión Europea entre marzo y abril de este año, informa que tanto el fomento de la economía circular como la garantía de que los productos vendidos en la UE no contribuyen a dañar el medio ambiente, también estaban entre las acciones más eficientes para preservar nuestro entorno (ver el Gráfico 2).
Por lo tanto, estos datos muestran que en los meses previos a las elecciones la ciudadanía europea sí tenía un interés real por el medio ambiente y por su salud. No nos cabe duda de que esta sigue prevaleciendo, ya que gran parte de la población afirma estar comprometida con acciones individuales como el reciclaje (66%) y el uso de envases sostenibles (52%). Aunque estas acciones individuales por un planeta común más sostenible pueden desembocar en grandes mejoras, la transformación transversal ha de llevarse a cabo de manera estructural, es decir, desde las políticas. Será en las siguiente semanas, dónde se discutirá si se acordarán unas metas europeas comunitarias para ello, o si en cambio se delegará a la ciudadanía toda la responsabilidad.
Gráfico 1. Eurobarómetro especial 101.1: Encuesta de Primavera 2024 del Parlamento Europeo (EB045EP).
Diferente Parlamento, mismo planeta
A finales de junio del 2024 se espera que el Consejo Europeo apruebe la Agenda Estratégica 2024-2029, la cual definirá las prioridades políticas de la UE para los próximos 5 años. Aunque sus primeros esbozos se llevan preparando desde octubre del año pasado por los Jefes de Estado o de Gobierno a través de varias consultas informales, antes de su aprobación final, queremos hacer un llamamiento para que esta priorice la transición ecológica justa y social.
Por ello, y debido a que nos encontramos en medio de múltiples crisis, desde la Fundación Vida Sostenible, nos hemos adherido a la firma del Pacto Europeo por el Futuro. Esta carta abierta propone incluir un acuerdo social y medioambiental por una economía de “planeta único” en la próxima agenda. Es decir, una economía global en la que las poblaciones, las comunidades y las empresas sostenibles puedan impulsar una transición justa hacia un futuro en el que las personas prosperen dentro de los límites planetarios de forma saludable y sostenible. Aunque el parlamento haya cambiado, el planeta en el que vivimos necesita y necesitará ser cuidado y preservado independientemente de las formaciones políticas.
Diogo de Melo y Anabel Soriano, Fundación Vida Sostenible
Imagen: Tara Winstead / Pexels