Un Día Internacional que debería dejar de existir

Cada vez oímos, leemos y comentamos más en la sobremesa el medio ambiente, la sostenibilidad o el cambio climático. Para poder hacer frente a los problemas relacionados con estos temas, es importante informarse y saber qué podemos hacer individual y colectivamente para hacerles frente.

El 24 de octubre marca el Día Internacional contra el Cambio Climático, una jornada para reflexionar sobre el desafío que enfrenta nuestro planeta y cómo podemos generar ideas y acciones para que esta efeméride deje de existir.

Pero ¿qué es el cambio climático exactamente?

El cambio climático es un fenómeno complejo. Oímos mucho hablar de él, pero puede que no sepamos exactamente qué es. El cambio climático es impulsado por el aumento en la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera. Estos gases, como el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4), podemos decir que “atrapan” el calor del sol y elevan la temperatura de la superficie de la Tierra (lo que llamamos calentamiento global). La quema de combustibles fósiles, la deforestación y la agricultura intensiva son las principales fuentes de estos gases. Al aumentar la temperatura de la superficie de la Tierra (océanos incluidos), se origina un desequilibrio en las corrientes oceánicas, y en los patrones atmosféricos, que originan una alteración en el clima, ocurriendo fenómenos extremos como sequías, lluvias torrenciales e inundaciones u olas de calor, entre otros. Ocurre que estos fenómenos se convierten en desastres naturales debido a la vulnerabilidad y falta de adaptación y desarrollo de muchos de los territorios donde esto ocurre.

¿Qué podemos hacer contra el cambio climático?

Como hemos dicho antes, se trata de un fenómeno, un problema, complejo. Esto quiere decir que no tiene una única solución, sino que son varias las medidas que se deben tomar para contrarrestarlo. Se trata de medidas a nivel individual, pero también colectivas. Medidas a nivel local, nacional y global. Medidas de carácter político, social, económico e incluso judicial.

Cada una de nosotras, las personas, podemos tomar medidas, en casa, con nuestra familia, para reducir nuestra huella ecológica personal y llevar un estilo de vida más sostenible; como reducir el consumo de energía, usar el transporte público, consumir de forma responsable y sostenible o apoyar la agricultura y ganadería sostenible consumiendo productos locales, de temporada y agroecológicos. Todas estas acciones son muy importantes, pues también inspirarán a otras personas a tomar el mismo camino, tornándonos activistas de una causa a través del ejemplo.

Pero como hemos dicho, no es suficiente. Tenemos que estar atentas y alerta, para que en nuestros barrios, pueblos y ciudades existan las condiciones necesarias para que podamos llevar un estilo de vida sostenible que nos permita luchar contra el cambio climático. Tales como espacios verdes, un transporte público que cubra las necesidades reales, comercios y empresas que puedan tener un modelo de gestión sostenible, o sistemas de gestión de residuos adaptados no solo al reciclaje, pero también a la reutilización y a la reparación.

COP28 ¿un paso importante hacia la solución?

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) es un encuentro crucial donde líderes de todo el mundo se reúnen para discutir estrategias y compromisos para enfrentar el cambio climático. En la COP28, que se celebra del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), se espera que los países acuerden medidas más ambiciosas y concretas para limitar el calentamiento global y adaptarnos a sus impactos.

Esperemos que lleguen a algún compromiso…

Mientras tanto, os animamos a que conozcáis vuestro nivel de sostenibilidad y a que expandáis la voz de la gravedad del problema que es el cambio climático, pero con un mensaje de esperanza. Estamos a tiempo de que se tomen medidas para que el Día Internacional contra el Cambio Climático deje de existir.

Laura González Munera

Fotografía: charlesdeluvio en Unsplash